La lluvia contribuyó al paro general

La medida cuenta con altos niveles de seguimiento en la educación y las reparticiones públicas, según los sindicatos convocantes y los medios informativos.

21 marzo, 2001

(EFE).- La paralización del transporte público y una copiosa lluvia sobre Buenos Aires contribuyeron hoy (miércoles 21) a reducir el nivel de actividad en una jornada en que se desarrolla una huelga general contra la política económica del Gobierno.

El paro, que se realiza un día después de que Domingo Cavallo tomara posesión de la cartera de Economía y que no es respaldado por la principal central sindical argentina (la CGT que conduce Rodolfo Daer), cuenta con altos niveles de seguimiento en la educación y las oficinas públicas, según los sindicatos convocantes y los medios informativos.

La medida de fuerza fue convocada por el Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA), la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y la Corriente Clasista Combativa (CCC) a raíz del anuncio por el Gobierno de un duro programa de ajuste fiscal, que luego fue dejado sin efecto.

El paquete de medidas había sido anunciado el viernes por el entonces ministro de Economía, Ricardo López Murphy, que tres días después debió presentar su renuncia al no contar con el suficiente apoyo político para ponerlo en marcha.

El plan de López Murphy forzó la renuncia de tres ministros y del secretario general de la Presidencia.

El presidente Fernando de la Rúa se vio entonces obligado a llamar a un acuerdo de unidad nacional para, por un lado, superar una crisis política que dejó al borde de la ruptura a la Alianza, y, por otro, revertir la recesión que afecta a la economía argentina desde hace casi tres años.

A pesar de la suspensión del ajuste, las tres centrales sindicales mantuvieron la huelga y recordaron que Cavallo es el artífice de la política neoliberal vigente desde 1991, que contuvo la inflación al establecer la convertibilidad, pero generó un incremento en los índices de desempleo y pobreza.

La jornada de protesta fue precedida ayer por una oleada de manifestaciones callejeras, movilizaciones estudiantiles y marchas de desempleados que piden un cambio en el modelo económico.

Se registraron algunos incidentes en Neuquén, donde grupos de manifestantes atacaron con piedras y palos las oficinas de varios bancos de la capital de ese distrito.

La huelga se cumple con “alto acatamiento” en todo el país, dijo hoy Julio Piumato, dirigente del MTA, que controla principalmente a los gremios del transporte de pasajeros y carga.

Los empleados estatales, agrupados en la CTA, no han concurrido a las oficinas públicas, al igual que los docentes de todos los niveles, que cumplen su tercer día consecutivo de paro como rechazo a los recortes en el presupuesto educativo contemplados en el plan de López Murphy.

La CGT, la principal central sindical del país, con una cúpula considerada moderada y control sobre importantes gremios de la producción y los servicios, resolvió no sumarse a la medida de fuerza.

El sindicalismo realizó tres paros generales contra las políticas económicas y los sucesivos ajustes que aplicó el presidente de la Rúa en sus 15 meses de gestión.

La ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, opinó hoy que la decisión de mantener la huelga a pesar de la suspensión del recorte de gastos en el Estado obedece a un “capricho” de las cúpulas obreras.

(EFE).- La paralización del transporte público y una copiosa lluvia sobre Buenos Aires contribuyeron hoy (miércoles 21) a reducir el nivel de actividad en una jornada en que se desarrolla una huelga general contra la política económica del Gobierno.

El paro, que se realiza un día después de que Domingo Cavallo tomara posesión de la cartera de Economía y que no es respaldado por la principal central sindical argentina (la CGT que conduce Rodolfo Daer), cuenta con altos niveles de seguimiento en la educación y las oficinas públicas, según los sindicatos convocantes y los medios informativos.

La medida de fuerza fue convocada por el Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA), la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y la Corriente Clasista Combativa (CCC) a raíz del anuncio por el Gobierno de un duro programa de ajuste fiscal, que luego fue dejado sin efecto.

El paquete de medidas había sido anunciado el viernes por el entonces ministro de Economía, Ricardo López Murphy, que tres días después debió presentar su renuncia al no contar con el suficiente apoyo político para ponerlo en marcha.

El plan de López Murphy forzó la renuncia de tres ministros y del secretario general de la Presidencia.

El presidente Fernando de la Rúa se vio entonces obligado a llamar a un acuerdo de unidad nacional para, por un lado, superar una crisis política que dejó al borde de la ruptura a la Alianza, y, por otro, revertir la recesión que afecta a la economía argentina desde hace casi tres años.

A pesar de la suspensión del ajuste, las tres centrales sindicales mantuvieron la huelga y recordaron que Cavallo es el artífice de la política neoliberal vigente desde 1991, que contuvo la inflación al establecer la convertibilidad, pero generó un incremento en los índices de desempleo y pobreza.

La jornada de protesta fue precedida ayer por una oleada de manifestaciones callejeras, movilizaciones estudiantiles y marchas de desempleados que piden un cambio en el modelo económico.

Se registraron algunos incidentes en Neuquén, donde grupos de manifestantes atacaron con piedras y palos las oficinas de varios bancos de la capital de ese distrito.

La huelga se cumple con “alto acatamiento” en todo el país, dijo hoy Julio Piumato, dirigente del MTA, que controla principalmente a los gremios del transporte de pasajeros y carga.

Los empleados estatales, agrupados en la CTA, no han concurrido a las oficinas públicas, al igual que los docentes de todos los niveles, que cumplen su tercer día consecutivo de paro como rechazo a los recortes en el presupuesto educativo contemplados en el plan de López Murphy.

La CGT, la principal central sindical del país, con una cúpula considerada moderada y control sobre importantes gremios de la producción y los servicios, resolvió no sumarse a la medida de fuerza.

El sindicalismo realizó tres paros generales contra las políticas económicas y los sucesivos ajustes que aplicó el presidente de la Rúa en sus 15 meses de gestión.

La ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, opinó hoy que la decisión de mantener la huelga a pesar de la suspensión del recorte de gastos en el Estado obedece a un “capricho” de las cúpulas obreras.

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