La Ley Agroindustrial es el eje de la política económica

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El campo responde por más de 65% de las exportaciones justo en el momento de más demanda mundial de agroalimentos.

Por Jorge Castro (*)

Es el sector más avanzado científica y tecnológicamente del país y responde por más de 65% del total de las exportaciones argentinas, en el momento en que el mundo experimenta un extraordinario boom de demanda de agroalimentos, cuya fuente es China como expresión mayor del continente asiático.

A partir de su aprobación por el Congreso, la ley de promoción agroindustrial se transforma en el eje de la política económica argentina y el complejo de producción industrial agroalimentario, que incluye a la producción primaria, adquiere la condición de prioridad estratégica absoluta del desarrollo nacional.

Esto sucede en un momento político/ estratégico determinado, en que el sistema de poder gobernante desde el 10 de diciembre de 2019 ha experimentado una derrota abrumadora en el plebiscito convocado el 12 de septiembre de este año, que lo hundió como conjunto y unidad, lo que afecta a sus tres componentes –Cristina Kirchner, Alberto Fernández, Sergio Massa- , en lo que constituye un hecho histórico irreversible, que abre una nueva etapa cualitativamente distinta en la historia del país.

Por eso puede considerarse que el sistema de poder vigente en los últimos 2 años en lo esencial ha terminado y que, más aun, lo mismo ha ocurrido con el colapso del kirchnerismo como corriente decisiva y dominante del peronismo de las últimas 2 décadas.

A partir del 12 de septiembre la conducción del sistema está en manos de los gobernadores justicialistas, encabezados por Juan Manzur, gobernador de Tucumán, y de los otros poderes organizados (sindicatos / intendentes / movimientos sociales). Este nuevo eje del poder ha resuelto sellar una alianza estratégica con la actividad agroalimentaria, representada por el Consejo Agroindustrial Argentino y la totalidad del sector.

Se puede afirmar en conclusión que, después del 12 de septiembre, no hubo en la Argentina un cambio de Gabinete, sino un cambio de Gobierno, cuya orientación central la constituye la alianza estratégica con la producción agroalimentaria.

La propuesta del Consejo Agroindustrial Argentino, convertida en ley, es la solución al núcleo de la crisis nacional, que es “el estrangulamiento de divisas”, la crisis crónica del sector externo, que es la carencia de dólares genuinos producto de exportaciones suficientes.

Esto significa que la Argentina exporta muy poco en relación a su producto y al nivel de ingreso de su población. De ahí las devaluaciones masivas y frecuentes, la fuga de capitales, la desaparición de la moneda nacional, las recesiones profundas y periódicas y, sobre todo, el aumento sistemático de la pobreza y la marginación.

La Argentina exporta 1/3 de lo que vende Chile al mundo con 19 millones de habitantes y un producto inferior al argentino.

Si la Argentina logra triplicar sus exportaciones en 10 años, tiene resuelta la crisis del sector externo y, como consecuencia, puede crecer sostenidamente por encima del promedio mundial.

Esto es lo que implica la conversión en ley del proyecto del Consejo Agroindustrial Argentino. Equivale a aprovechar la extraordinaria oportunidad histórica que el país tiene ante si en este momento y, por su intermedio, lo lleva a adquirir una dimensión global y abre una etapa de innovación, cambio generalizado y crecimiento sostenido de largo plazo.

La riqueza de la Argentina no está en el carácter inagotable de sus recursos naturales, sino en la capacidad excepcional –científica, tecnológica, productiva- de su población, desde sus emprendedores de punta de Bioceres y AACREA a los catorce unicornios y Mercado Libre.

La verdadera riqueza de la Argentina es su condición constante de creadora de talentos y personalidades de nivel internacional, desde Borges a los Nobel Leloir, Milstein y Houssay.

Por eso, más que una política de ajuste, hay que desatar la inmensa energía y capacidad creadora de este rasgo constitutivo de la identidad nacional.

La historia está hecha de saltos cualitativos y la conversión en ley de la iniciativa agroindustrial le da a la Argentina uno de ellos, probablemente el decisivo de su historia reciente, con el antecedente, claro está, de los resultados del plebiscito del 12 de septiembre.

(*) Fundación Segundo Centenario

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