La Ley de Convivencia Escolar fue aprobada ayer por los legisladores de la Ciudad de Buenos Aires, y establece que a partir de ahora regirá un sistema único de sanciones contra la indisciplina para los 230.000 estudiantes de los secundarios porteños. Además, la norma prevé la desaparición de las amonestaciones y de las expulsiones como formas de castigo para un alumno. Ahora las sanciones comprenderán desde el apercibimiento oral o escrito, la realización de acciones reparatorias, el cambio de división, turno o, en los casos graves, la separación y el cambio de escuela. En los casos más extremos podrán intervenir equipos multidisciplinarios conformados por asistentes sociales, psicopedagogos y hasta abogados, quienes decidirán, junto a los padres y las autoridades cuál será el mejor destino para el alumno. Las escuelas públicas estarán obligadas a crear un consejo de convivencia integrado por docentes, autoridades, alumnos y padres. El consejo redactará y garantizará la aplicación de las normas de disciplina.
La Ley de Convivencia Escolar fue aprobada ayer por los legisladores de la Ciudad de Buenos Aires, y establece que a partir de ahora regirá un sistema único de sanciones contra la indisciplina para los 230.000 estudiantes de los secundarios porteños. Además, la norma prevé la desaparición de las amonestaciones y de las expulsiones como formas de castigo para un alumno. Ahora las sanciones comprenderán desde el apercibimiento oral o escrito, la realización de acciones reparatorias, el cambio de división, turno o, en los casos graves, la separación y el cambio de escuela. En los casos más extremos podrán intervenir equipos multidisciplinarios conformados por asistentes sociales, psicopedagogos y hasta abogados, quienes decidirán, junto a los padres y las autoridades cuál será el mejor destino para el alumno. Las escuelas públicas estarán obligadas a crear un consejo de convivencia integrado por docentes, autoridades, alumnos y padres. El consejo redactará y garantizará la aplicación de las normas de disciplina.
