Desde varios ángulos, la Iglesia Católica Argentina protagoniza esfuerzos para promover el diálogo de los sectores involucrados en la vida política, económica y social. Lo hará con la explícita intención de ser agente, pero no integrante, de esa iniciativa; con el propósito de mantenerse por sobre cualquier pugna de intereses.
De fuentes oficiales trasciende la aspiración del Gobierno Nacional de que Raúl Primatesta, en su calidad de presidente de la Comisión de Pastoral Social, facilite el diálogo con las instituciones que integran el Frente Productivo (Unión Industrial, Cámara de la Construcción y Confederaciones Rurales Argentinas).
Se superaría de esta manera, una suerte de cortocircuito producido por la decisión del cardenal de prestar apoyo moral a las reivindicaciones de la CGT disidente respecto de las medidas de reajuste oficiales. Raúl Alfonsín, caracterizado por su papel de mediador en diversos niveles, surge como el hombre que más influyó para lograr este acercamiento.
Existen otras iniciativas en el seno de la estructura eclesial, con los mismos objetivos de mediación:
1. Los 10 obispos del noroeste, una de las zonas más castigadas por la recesión, realizaron una reunión días pasados con los gobernadores de Salta, Jujuy, Catamarca, Santiago del Estero y Tucumán, en inmediaciones de la capital de esta última provincia. El propósito: estructurar una propuesta de soluciones para entregar al presidente de la República.
2. El arzobispo de Paraná y presidente de la Conferencia Episcopal, Estanislao Karlic, impulsa la comisión multisectorial encabezada por el gobernador Sergio Montiel, comprometida a buscar un acuerdo de sectores sociales para proponer posibles medidas de reactivación .
3. En el Chaco, el arzobispo de Resistencia, Carmelo Giaquinta, se reunió en Puerto Tirol con Acción Chaqueña, la Alianza y el Partido Justicialista con propósitos similares.
Preocupa a la Iglesia el aumento de los índices de desocupación y del subempleo. Dos millones de argentinos están al margen del mercado laboral y otros tienen incursiones esporádicas en él. Además, desde distintas fuentes llegan informes acerca de que 13 millones de personas se ubican por debajo del nivel de pobreza; un panorama que alienta temores sobre la estabilidad social del país. La cúpula eclesial no desea intervenir en la polémica entre visiones optimista o pesimistas del problema, sino actuar como mediadora, por encima de ellas, a los efectos de prevenir eventuales consecuencias.
Desde varios ángulos, la Iglesia Católica Argentina protagoniza esfuerzos para promover el diálogo de los sectores involucrados en la vida política, económica y social. Lo hará con la explícita intención de ser agente, pero no integrante, de esa iniciativa; con el propósito de mantenerse por sobre cualquier pugna de intereses.
De fuentes oficiales trasciende la aspiración del Gobierno Nacional de que Raúl Primatesta, en su calidad de presidente de la Comisión de Pastoral Social, facilite el diálogo con las instituciones que integran el Frente Productivo (Unión Industrial, Cámara de la Construcción y Confederaciones Rurales Argentinas).
Se superaría de esta manera, una suerte de cortocircuito producido por la decisión del cardenal de prestar apoyo moral a las reivindicaciones de la CGT disidente respecto de las medidas de reajuste oficiales. Raúl Alfonsín, caracterizado por su papel de mediador en diversos niveles, surge como el hombre que más influyó para lograr este acercamiento.
Existen otras iniciativas en el seno de la estructura eclesial, con los mismos objetivos de mediación:
1. Los 10 obispos del noroeste, una de las zonas más castigadas por la recesión, realizaron una reunión días pasados con los gobernadores de Salta, Jujuy, Catamarca, Santiago del Estero y Tucumán, en inmediaciones de la capital de esta última provincia. El propósito: estructurar una propuesta de soluciones para entregar al presidente de la República.
2. El arzobispo de Paraná y presidente de la Conferencia Episcopal, Estanislao Karlic, impulsa la comisión multisectorial encabezada por el gobernador Sergio Montiel, comprometida a buscar un acuerdo de sectores sociales para proponer posibles medidas de reactivación .
3. En el Chaco, el arzobispo de Resistencia, Carmelo Giaquinta, se reunió en Puerto Tirol con Acción Chaqueña, la Alianza y el Partido Justicialista con propósitos similares.
Preocupa a la Iglesia el aumento de los índices de desocupación y del subempleo. Dos millones de argentinos están al margen del mercado laboral y otros tienen incursiones esporádicas en él. Además, desde distintas fuentes llegan informes acerca de que 13 millones de personas se ubican por debajo del nivel de pobreza; un panorama que alienta temores sobre la estabilidad social del país. La cúpula eclesial no desea intervenir en la polémica entre visiones optimista o pesimistas del problema, sino actuar como mediadora, por encima de ellas, a los efectos de prevenir eventuales consecuencias.