La oposición alemana acusa a Angela Merkel y su ministro de economía, Wolfgang Schäuble, de chantajear a Atenas y haber intentado la partición de Europa por la deuda. En Grecia, Tsipras se enfrenta a su propio partido que lo acusa de haber humillado al país.
Todo mal. Por su parte el Fondo Monetario Internacional advierte que Grecia necesita mucha más ayuda y que Europa no sabe o no quiere admitirlo. El FMI actualizó sus cálculos sobre la sustentabilidad de la deuda griega para reflejar el daño producido a la economía griega desde que se impusieron los controles al capital dos semanas atrás. Y aclara que el país heleno necesita mucho más dinero para salir del pozo de lo que admite Europa.
Los países de la eurozona hablan de “reestructurar” la deuda griega, retrasar los vencimientos o recortar los intereses sobre los préstamos”. Pero lo que el país necesitaría es un período de gracia de 30 años.
De regreso en su país, Alexis Tsipras está afrontando la furia del ala más extrema de su propio partido y el que lo llevó al poder, Syriza, que en el día de mañana deberá expedirse en el Parlamento sobre la firmado en Bruselas.
Por su parte, el líder de los independentistas, la coalición de derecha, también dijo que su partido no podía aceptar el acuerdo, que llama un “golpe de estado por parte de Alemania” y sus aliados duros de la eurozona, los Países bajos y Finlandia.