jueves, 21 de noviembre de 2024

La guerra hace revalorizar a la industria de defensa

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El nuevo conflicto bélico ha hecho comprender la importancia de la industria de defensa para brindar seguridad.

La invasión de Rusia a Ucrania, que motivó el comienzo de una guerra, cambió el rumbo de muchas cosas, incluidas las inversiones. Apenas un año atrás, el banco sueco SEB adoptó una política de sustentabilidad que excluía de sus fondos los activos de defensa. Hoy, el grupo dio una vuelta de 180 grados. Desde el primero de abril permitirá a seis fondos invertir en el sector defensa.

Las autoridades del SEB explican que comenzaron a revisar su posición en el mes de enero cuando crecían las tensiones geopolíticas y se generaba un serio problema de seguridad que culminó con la invasión de Rusia a Ucrania.

El banco, que es uno de los más grandes de la región nórdica, no era el única que cerraba sus puertas a las empresas de defensa. Por años, las instituciones financieras y los inversores se venían alejando del sector defensa por temor a verse involucrados en el tema del comercio de armas. Ese éxodo se aceleró al intensificarse las presiones a los bancos para que cumplan con los lineamientos de los temas ambientales, sociales y de gobierno (ESG). La tendencia fue especialmente notable en Europa.

Pero esa posición comienza a cambiar a partir de la guerra que se desarrolla en las fronteras de la Unión Europea. La propuesta que adelantó el año pasado la Unión Europea de declarar socialmente dañina a la industria de defensa parece haberse abandonado en un informe final publicado la semana pasada sobre lo que constituye finanza socialmente sustentable.

Las compañías de defensa habían advertido que la etiqueta ESG podría restringir su acceso al capital, en especial para las pequeñas y medianas que integran la cadena de suministro. Ahora el grupo de Bruselas que trabaja en estos temas parece reconocer la contradicción inherente de considerar no sustentable a la defensa mientras al mismo tiempo la Unión Europea reclama mayor autonomía estratégica a sus propias capacidades militares. Ahora sugiere que esa etiqueta debería reservarse para aquellos que contravienen las convenciones internacionales sobre la producción, uso y despliegue de armas.

El informe fue preparado por la Comisión Europea. Pero la comisión de asuntos extranjeros del Parlamento Europeo también marcó la necesidad de asegurar que los nuevos lineamientos no obstaculicen el financiamiento a la “!crucial” industria de defensa del bloque.

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