<p> El brusco desajuste de la demanda de pesos redujo el margen de maniobra del BCRA que se vio obligado a concentrar sus esfuerzos en el mantenimiento de la solidez del sistema financiero. </p>
<p>Si bien la fuga de capitales fue similar a la de 2001 en este caso la fuente de financiamiento principal fueron los precios de commodities record y no las reservas internacionales, con lo cual el impacto sobre el sistema financiero no fue tan pronunciado como en ese entonces.<br />
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En el periodo 2005-07 el BCRA compró todos los dólares que ofreció el sector privado de forma tal de mantener casi fijo el tipo de cambio, siendo la contrapartida la acumulación de reservas por US$ 35.507 millones (si excluimos el pago al FMI de enero de 2006). En 2008 el BCRA debió intervenir, pero en este caso vendiendo $ 3.538 millones para que el tipo de cambio no se disparara hacia arriba. <br />
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Las reservas internacionales cayeron US$ 4.000 millones desde el pico en marzo de 2008, aunque esta cifra esconde un préstamo internacional por US$ 1.500 millones que asumió el BCRA para robustecer las reservas en el medio del conflicto del campo. De esta manera las reservas cerraron en un nivel cercano al del inicio del año.<br />
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A diferencia de los años anteriores cuando el BCRA esterilizó parte de la emisión de pesos por la compra de dólares mediante LEBACs, la merma en la demanda de pesos obligó al organismo a ser un proveedor de liquidez al sistema financiero mediante la cancelación de LEBACs por $ 19.194 millones. Al respecto vale señalar que el BCRA habilitó en septiembre un mecanismo de venta automática de los bancos hasta 30% de sus LEBAC y NOBAC con vencimiento dentro de los seis meses, a un costo equivalente a la tasa BADLAR de bancos privados más un margen de 6%. Por otro lado el BCRA aumentó los plazos habilitados para las líneas de pases a tasa fija de forma tal de diversificar las operaciones disponibles para los bancos.<br />
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Las entidades financieras prefirieron mantener parte de esta liquidez frente a la crisis en pases pasivos, que crecieron en $ 5.600 millones. En este sentido fue correcta la actitud prudente de los bancos que fortalecieron sus posiciones de liquidez para hacer frente a cualquier corrida sobre los depósitos, al mismo tiempo que aumentaron las tasas de interés para recompensar el mayor riesgo percibido por parte de los depositantes.<br />
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En relación al Programa Monetario 2008 el BCRA cumplió formalmente con la meta de crecimiento de M2 (circulante en poder del público más depósitos a la vista públicos y privados) que se ubicó en 19%. Sin embargo el agregado del M2 esconde diferencias notables en cuanto al carácter de los depósitos a la vista: los privados crecieron solo $ 3.855 millones desde diciembre 2007 (+6%) mientras que los públicos se incrementaron $ 16.107 millones (+123%). <br />
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El manejo discrecional de los depósitos públicos para el cumplimiento del programa monetario también se observó en 2007 cuando se traspasaron depósitos públicos a la vista a colocaciones a plazo (estas últimas no forman parte del computo del M2), aunque en este caso porque el limite superior hubiera sido excedido.<br />
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El hecho de que el cumplimiento del programa monetario esté a la merced de decisiones discrecionales obliga a repensar toda la política monetaria. Vale destacar que los agregados monetarios no son fines en si mismos sino instrumentos intermedios para que el BCRA cumpla con su objetivo primario y fundamental que según su carta orgánica es el mantenimiento del valor de la moneda. ¿Qué sentido tiene cumplir al pie de la letra una meta de M2 cuando la inflación por segundo año consecutivo se ubica por encima de 20% anual?</p>
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La fuga de divisas no afectó a las reservas
La salida de capitales privados fue una constante desde que se inició el conflicto con el campo en marzo de 2008 y ocupó el centro de escena en el manejo de la política monetaria.