viernes, 22 de noviembre de 2024

La expectativa por la cumbre Kim-Trump

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Las apuestas están parejas tanto por que se realice el encuentro, como por que se suspenda.

Con los rasgos de la personalidad que ha exhibido Donald Trump durante su primer año de gestión, pocos observadores apostaban por la realización de este encuentro singular entre un coloso y un agresivo país pequeño, con notables avances en armamento nuclear.

Ambos mandatarios, que se han caricaturizado e insultado entre sí, se verían en mayo en la zona especial entre las dos Coreas. Claro que, todo apunta a que se haga el encuentro, pero no hay que descartar la posibilidad de que se cancele. Con personajes cambiantes como éste, todo es posible.

Es preciso tener en cuenta que nunca antes hubo una reunión de este tipo, por la sencilla razón que ambos países siguen en guerra, tras el conflicto bélico que cesó en 1953, sin que nunca se firmara la paz. La zona militarizada entre las dos Coreas es escenario de hostilidades y enfrentamientos a baja escala, pero con un clima bélico que no cesa.

El desarrollo de armamento nuclear por parte de Pyonyang, agravó la situación, con un Estados Unidos estudiando todas las opciones, incluso un ataque nuclear, como lo ha dicho por Twitter el mismo Trump.

El problema con la cumbre, si se realiza, es que puede ser una gran solución (ese es el nivel en que se arreglan los problemas difíciles), pero también puede convertirse en un desastre –al menos para Washington- si la reunión termina sin un acuerdo sustancial.

La Casa Blanca dice que el encuentro es solamente una reunión y no una negociación. Si así fuera, ¿para qué enviar al Presidente? No tendría sentido si es una mera exploración.

Kim prometió suspender todas las pruebas nucleares hasta que produzca la reunión. Hasta ahora, viene cumpliendo la promesa. Sugirió incluso – a los intermediarios sudcoreanos- que está dispuesto a desmantelar el programa nuclear.

En Washington dicen que el giro en la actitud se debe al tremendo efecto de las medidas internacionales de castigo a Norcorea. Puede ser, pero eso solamente no impediría que cambiara de opinión como lo ha hecho muchas veces en el pasado.

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