miércoles, 25 de diciembre de 2024

La economía digital y sus modelos de negocios

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Los problemas que trae la lenta recuperación de la última crisis están obligando a las empresas a buscar alianzas y cooperación para generar crecimiento y competir mejor. Es una nueva economía donde todo se comparte; donde la gente se junta para acceder a bienes y servicios. Lo que pasó antes ya no es indicador ni garantía de lo que va a pasar en el futuro.

El último barómetro de la confianza en el capital global que realiza todos los años Ernst & Young sigue descubriendo un fuerte apetito por la compra de empresas y una creciente inclinación a forjar alianzas. 

El entorno macroeconómico sigue difícil; el crecimiento es escaso, la inflación se mantiene baja y la sensibilidad de los precios es cada vez más intensa. En este escenario tan complejo muchos modelos de negocios ven llegar cambios que los dejan girando en el vacío. La innovación y la convergencia de sectores aceleran la aparición de nuevos competidores en todas las áreas. Los consumidores, que están cambiando preferencias y conductas, están transformando el paisaje de los negocios.

Los ejecutivos ven el recurso de comprar y vender como un medio para transformarse y dar nuevo foco a su negocio. Por eso recurren a fusiones y adquisiciones, para cambiar el juego y encontrar una nueva ventaja competitiva. También buscan alianzas, para encontrar nuevas fuentes de ingresos mientras buscan cómo reducir costos y riesgos. Van tras la posibilidad de reforzar la investigación y desarrollo, porque a medida que aumenta la convergencia de sectores dejan de verse con claridad los caminos de la evolución.

El entorno macroeconómico

Mientras la economía crece a ritmo lento, las empresas buscan crecer sin ayuda de la macroeconomía. Actualmente ninguna de las grandes economías del mundo da señales de mostrar fuerte crecimiento en 2016. China se está desacelerando porque está cambiando hacia un modelo basado en el consume; la eurozona todavía debe demostrar que tiene futuro; Estados Unidos muestra crecimiento sostenido pero nada notable. 

Frente a este telón de fondo de desempeño económico incierto los investigadores vislumbran una economía estable pero con poco crecimiento, por lo tanto los equipos gerenciales están más decididos que nunca a buscar nuevos caminos para crecer. Las adquisiciones, por lo tanto, seguirán siendo parte del esfuerzo de crecimiento y las alianzas también tendrán un rol importante. 
Una de las preguntas que Ernst & Young incluyó en la encuesta que forma la base del Barómetro fue “cuál es su perspectiva sobre el estado de la economía global”. Quienes contestaron “estable” esperan que el crecimiento real del PBI” sea en 2016 igual al de 2015.

Lo que se percibe como los riesgos globales y regionales más importantes es la inestabilidad política, especialmente en el Medio Oriente, en la península de Corea y en el Mar de la China. Además, la volatilidad en los mercados de commodities y monedas, que comenzó en 2014 y ya está entrando en el tercer año.

Al preguntarles cuál creen que es el riesgo económico más grande para su negocio en los próximos 6 a 12 meses, la gran mayoría señaló la economía digital, que llega pateando el tablero de muchos negocios.

La economía digital está cambiando la forma en que las empresas de todos los sectores interactúan con sus clientes. La influencia de lo digital está facilitando cambios en la conducta y en las expectativas de la gente y eso provoca disrupción en el corazón de muchos negocios y más convergencia de sectores. Además, la innovación en todos los sectores está aumentando el número de competidores a los que hay que enfrentar. 

Pero mientras estos desarrollos plantean un gran desafío, también presentan oportunidades porque las empresas tratan de encontrar nuevos mercados para aumentar ingresos y ganancias. Esas empresas están adoptando una actitud proactiva con respecto al cambio permanente. Otro factor que alimenta la decisión de controlar los costos es la sensibilidad de los precios causada por el cambio hacia el entorno digital. Los clientes y consumidores ahora tienen la posibilidad de acceder a muchos proveedores, de comparar precios y opiniones en forma instantánea.

Esto lleva a las empresas a revisar sus modelos de negocios, sus mercados y sus canales de venta. También el giro hacia lo digital aumentó el temor de que los ciberataques dañen tanto la marca como los ingresos. Eso coloca la ciberseguridad en el centro de las operaciones.

 

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