La economía detrás de la disputa entre China y Japón
La tensión entre China y Japón por las islas Senkaku/Diaoyu ha amainado pero con buques chinos y taiwanesas apostados en los alrededores, en cualquier momento podría volver a aflorar el conflicto.
2 octubre, 2012
<p>Los gobiernos de dos de las más grandes economías mundiales no están en condiciones de afrontar un prolongado conflicto debido a las presiones que se ciernen sobre sus economías. Y ambos s encuentran en un tenso momento de transición política. China anunció la realización del XVIII Congreso del Partido Comunista para el 8 de noviembre. Es el Congreso más complicado de los últimos 35 años debido a la lucha interna que recientemente terminó con la vida política de Bo Xilai. En Japón se preparan para las elecciones.</p>
<p>Claramente los dos países tienen mucho que perder si se dañan las relaciones comerciales, mucho más de lo que pueden ganar por un grupo de islotes insignificantes. Japón tiene una inmensa presencia comercial en el mercado chino. Cadenas de restaurantes de comida japonesa y locales que venden todo tipo de productos, desde autos hasta electrónicos. Pero los consumidores chinos podrían cambiar a consumir marcas europeas u otras marcas asiáticas y Japón sería muy vulnerable a un boicot, como de hecho se está produciendo entre los chinos más nacionalistas. Pero China también tiene mucho que perder, ya que muchos de los productos japoneses se producen en China, con materiales y mano de obra local.</p>
<p>De cualquier manera el mayor impacto en términos de crecimiento económico, proviene de la complementariedad de roles entre los dos países dentro de la red de producción del este asiático. China puede ser la cara visible de esta red, ya que es la fábrica del mundo, pero la mayoría de los componentes sofisticados para el ensamblaje proviene de Japón. China se ha beneficiado mucho de la generación de trabajo por las industrias orientadas hacia la exportación. Y tanto Japón como China han prosperado porque los acuerdos aprovechan sus relativas ventajas, permitiéndoles especializarse y adquirir economías de escala. El gran superávit comercial de China con occidente, que es producto en parte de esta red, ha generado tensiones con Estados Unidos, pero a menudo no se toma en cuenta que Japón tiene una parte importante de participación en términos de valor agregado.</p>
<p>China tiene el potencial para operar tanto en el espectro de la baja como de la alta tecnología. En el pasado, con su abundante sector de mano de obra intensiva y su relativo atraso tecnológico, China tenía una gran ventaja en relación a la mano de obra. Pero el rápido aumento de salarios, la apreciación del renminbi y una contracción de la mano de obra especializada, la ha llevado a ser menos competitiva. A través de una agresiva política de enfocarse en los más altos niveles de tecnología, China ha fortalecido su posición en las líneas de producción que requieren mayor especialización. A medida que compañías chinas de mayor tecnología se expanden, se profundizan los nexos locales y China está pasando a convertirse más en un competidor de Japón que en un socio complementario.</p>
<p>Ambos países están compitiendo por acceso a recursos, desde hidrocarburos hasta metales. Cada vez que se alcanza un acuerdo en la zona, surgen tensiones bilaterales, como el determinar cuál será la ruta que tendrá el gasoducto que llevará el petróleo ruso a la región, o los contratos que se negocian con Myanmar. El crecimiento de Japón implica menos recursos intensivos que el de China. Pero su vulnerabilidad no es menor, debido a ciertos factores, como la posición monopólica de las tierras raras de China, que cuenta con más del 90% de la oferta mundial.</p>
<p>También pesa cómo cada uno maneja los acuerdos comerciales. Ahora Japón puede sentir que unirse a la Alianza del Pacífico conducirá al país más cerca de Estados Unidos. Pero la política estadounidense de “pivotear” hacia Asia, puede provocar dudas entre los líderes chinos que la consideran una forma de contener el avance de China en la región.</p>
<p>Todo esto es un recordatorio de que problemas aparentemente menores pero con alto contenido emocional podrían conducir a acciones con consecuencias muy negativas para todo el mundo. Los dos lados necesitan poner la disputa en el freezer, donde debería estar.</p>