Aun así, hay diferencias regionales, a unas les ha ido “relativamente” mejor que a otras.
Por Jorge Day ((*)
Un interrogante es si esas diferencias permanecen en el tiempo (saltan a otro nivel) o son pasajeras. Para este análisis, nos concentraremos más en la dinámica de empleo privado y el salario, neto de inflación. Determinar si hubo provincias con un desempeño mejor (o peor) que el promedio nacional.
La mayoría de las provincias tuvo un comportamiento similar al del país en ambos indicadores, especialmente Buenos Aires, que marca el paso de la economía nacional. El comportamiento fue más homogéneo en la primera década de los 2000 (con la excepción de las petroleras). Luego, en el periodo de estancamiento, se observaron más diferencias regionales.
Comparando con el promedio nacional, pueden mencionarse los siguientes casos. Catamarca y La Rioja cayeron un escalón, con peor performance en ambos indicadores y mantuvieron esa diferencia. San Juan subió en empleo y salarios, pero no pudo sostener esa mejora. De las grandes, sólo cayó Ciudad de Buenos Aires en empleo.
Generalmente, los recursos naturales son el factor clave para diferenciarse de otras regiones. Por ejemplo, petróleo en la Patagonia, y minerales en San Juan. Esto incluye fenómenos como la ampliación de la frontera agrícola, caso de la soja en Santiago del Estero y Chaco. Pero los recursos naturales también pueden jugar en contra, en caso de caer su producción, como ocurrió en Catamarca.
La diferenciación positiva parece ser más compleja para economías regionales alejadas de los grandes centros de consumo y de los puertos. Incluso aquellas favorecidas por recursos naturales se enfrentan a severas limitaciones, dada la presión impositiva y la excesiva discrecionalidad en el dictado y en el cambio de las reglas de juego. Obviamente, también tiene fuerte influencia la calidad de servicios públicos y la infraestructura.
Las provincias siguen las tendencias de la economía nacional, porque comparten la moneda y están sujetas a las mismas políticas económicas y a sus resultados (dólar, inflación, tasas de interés, etc.). Aun así, hay diferencias regionales, a unas les ha ido “relativamente” mejor que a otras.
(*) Economista del Instituto IERAL de la Fundaciión Mediterránea.