Años de penurias y privaciones aguardan a sus habitantes. Además, coincide con la más profunda crisis política desde el comienzo del proyecto de unidad europea.
Fue – el 2012- un año plagado de sobresaltos. Grecia, cada pocas semanas al borde del abismo y amenazando abandonar la divisa común. Toda la eurozona palpitando un colapso del euro, de imprevisibles consecuencias económicas y el fin de un sueño político.
Programas de rescate para Grecia, luego para Irlanda, Portugal y apuntalamiento del sector financiero en España y en Italia. Cambio de guardia en Francia, donde asumió un nuevo Presidente – el socialista François Hollande – que no se lleva tan bien como su antecesor con la Primer Minsitro de Alemania, Ãngela Merkel, piloto de la crisis europea.
Entretanto, el Banco Central Europeo inyectó algo más de € 1 billón (millón de millones) en el sistema financiero continental, salvando a los bancos y aliviando la presión sobre la deuda soberana de los países más comprometidos.
Tanto el Banco Central Europeo como la Organización para el Desarrollo del Comercio (OCDE) se han rendido ante la realidad y pronostican contracción para la economía de la eurozona, que cayó en recesión en el tercer trimestre del año. Muchos analistas privados pronostican que la región se contraerá más en el 2013, mientras la inflación caería a niveles entre 1 y 2%, desde el 2,5% pronosticado para 2012.
La pregunta es: ¿está Europa en camino a resolver su crisis? ¿Ha diseñado una fórmula para protegerse de futuras crisis? Para muchos observadores, el euro está en problemas porque Europa está en problemas. Lo cierto es que “el estado de bienestarâ€, el “modelo social†del continente ya fue. No hay otro camino que el de la austeridad.