En las primeras horas el paro de los camioneros tuvo un amplio alcance, especialmente en las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos. El impacto más fuerte lo sintió el mercado de hacienda de Liniers, donde ayer había ingresado sólo un camión, con 40 animales, y, sumado a los ocho que se adelantaron anteayer, acumularon 397 cabezas, cuando habitualmente se opera con más de 10 mil.
Mientras el presidente de la Confederación Nacional del Transporte Automotor–Pedro Piermatei– consideraba que la protesta era un éxito, desde el Gobierno se intentó minimizarla.
Las preocupaciones del campo por el traslado de los productos perecederos, al menos hasta ayer, quedaron despejadas en la primera jornada. Los tamberos, por ejemplo, señalaron que ayer la producción fue entregada a la industria sin problemas. Pero los productores alertaron que el día clave para saber cuál será la actitud de los camioneros es hoy. En la primera jornada hábil de la semana se podrá conocer con más certeza el alcance de esta medida de fuerza, que será realizada por tiempo indeterminado.
En la provincia de Buenos Aires –y a pesar de que los camioneros habían llegado a un acuerdo con el gobierno– varias ciudades se convirtieron en puntos estratégicos del accionar de los empresarios transportistas. Cañuelas, una zona neurálgica para impedir el traslado de hacienda a Liniers, fue ocupada por allegados al sindicato de camioneros. Por otra parte, el ministro de Agricultura de la provincia de Buenos Aires–Haroldo Lebed– adhirió a los reclamos de las entidades de empresarios para que se rebaje el precio del gasoil y de los peajes, aunque dijo estar en desacuerdo con el medida de fuerza convocada por el sector.
Desde Brasil llegó información de que 150 unidades estaban paradas cerca de Paso de los Libres debido a un piquete realizado próximo a ese paso fronterizo. Los transportistas brasileños temen inconvenientes en el movimiento de mercadería en el Mercosur.
El ministro de Infraestructura–Nicolás Gallo– exhortó a los transportistas a cesar la protesta, al insistir en que “hemos dado lo máximo que puede dar el gobierno sin afectar a otro sector, como al de jubilaciones”, y que no se puede acceder al reclamo de bajar el precio del gasoil porque eso depende de las cotizaciones internacionales.
En las primeras horas el paro de los camioneros tuvo un amplio alcance, especialmente en las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos. El impacto más fuerte lo sintió el mercado de hacienda de Liniers, donde ayer había ingresado sólo un camión, con 40 animales, y, sumado a los ocho que se adelantaron anteayer, acumularon 397 cabezas, cuando habitualmente se opera con más de 10 mil.
Mientras el presidente de la Confederación Nacional del Transporte Automotor–Pedro Piermatei– consideraba que la protesta era un éxito, desde el Gobierno se intentó minimizarla.
Las preocupaciones del campo por el traslado de los productos perecederos, al menos hasta ayer, quedaron despejadas en la primera jornada. Los tamberos, por ejemplo, señalaron que ayer la producción fue entregada a la industria sin problemas. Pero los productores alertaron que el día clave para saber cuál será la actitud de los camioneros es hoy. En la primera jornada hábil de la semana se podrá conocer con más certeza el alcance de esta medida de fuerza, que será realizada por tiempo indeterminado.
En la provincia de Buenos Aires –y a pesar de que los camioneros habían llegado a un acuerdo con el gobierno– varias ciudades se convirtieron en puntos estratégicos del accionar de los empresarios transportistas. Cañuelas, una zona neurálgica para impedir el traslado de hacienda a Liniers, fue ocupada por allegados al sindicato de camioneros. Por otra parte, el ministro de Agricultura de la provincia de Buenos Aires–Haroldo Lebed– adhirió a los reclamos de las entidades de empresarios para que se rebaje el precio del gasoil y de los peajes, aunque dijo estar en desacuerdo con el medida de fuerza convocada por el sector.
Desde Brasil llegó información de que 150 unidades estaban paradas cerca de Paso de los Libres debido a un piquete realizado próximo a ese paso fronterizo. Los transportistas brasileños temen inconvenientes en el movimiento de mercadería en el Mercosur.
El ministro de Infraestructura–Nicolás Gallo– exhortó a los transportistas a cesar la protesta, al insistir en que “hemos dado lo máximo que puede dar el gobierno sin afectar a otro sector, como al de jubilaciones”, y que no se puede acceder al reclamo de bajar el precio del gasoil porque eso depende de las cotizaciones internacionales.