Al trazar un panorama de 2016 después de la liberación del cepo, el investigador del Departamento de Economía del IAE, de la Escuela de Negocios de la Universidad Austral, Eduardo Luis Fracchia, sostiene que por el lado del comportamiento de la demanda agregada, el consumo crecerá a tasas moderadas, dejando de ser la variable clave como durante el período K.
La inversión, en cambio, será más dinámica tanto por el impacto de bienes de equipo como por el empuje de la construcción.
Por otra parte, se espera que el nivel de actividad comience un proceso de recuperación, particularmente a partir del segundo semestre del año.
La industria manufacturera recuperará también ritmo a tasas moderadas.
La inflación será todavía significativa durante 2016.
La magnitud del impacto de la devaluación dependerá de la efectividad de los acuerdos de precios y el grado de independencia fiscal de la política monetaria. Es posible que la inflación se reduzca en tres años a niveles de un dígito.
El efecto neto de la devaluación (aumento del tipo de cambio real) dependerá principalmente del acuerdo político entre empresas, sindicatos y el gobierno.
En el plano laboral, la tasa de desempleo seguirá en valores similares a los de 2015 con una creciente creación de puestos en el sector privado.
Los niveles de pobreza se reducirán de modo gradual y sería un objetivo muy ambicioso de esta administración terminar la gestión con un dígito de pobreza.
La concertación con empresas y sindicatos es clave para la política de ingresos.
En cuanto al comercio exterior, seguirán los valores bajos de exportaciones en relación al producto, con una recuperación de las ventas externas. El precio de la soja estable es un dato alentador.
La política monetaria ha modificado su objetivo. En búsqueda de una menor tasa de inflación y un giro hacia la demanda de moneda doméstica, la tasa de interés naturalmente ha crecido y genera atracción por depósitos en pesos.
El riesgo de afectar la tasa de crecimiento del producto con tasas elevadas está presente. La base monetaria crecerá en 2016 a un ritmo similar al de la inflación.
La salida del cepo ha liberado importaciones y giro de dividendos. La economía deja con esta medida un lastre que contribuyó a frenarla desde 2011.
El cepo fue un obstáculo para la oferta de dólares pero alentó la demanda y esto generó racionamiento de divisas. Se espera que el tipo de cambio siga estable hacia fin de año sin grandes oscilaciones.
En un contexto de entrada de capitales y préstamos, las reservas se fortalecerán.
La política fiscal se torna una cuestión muy relevante.
El déficit fiscal, que es clave reducir, bajará respecto de los niveles actuales, en parte por la reducción de subsidios.
La desaceleración del gasto público, que creció al 36% estimado a octubre de 2015, es fundamental.
Después de pasar un 2016 con sinceramiento de variables, se espera un panorama todavía más alentador para 2017 en adelante debido a la racionalidad en la conducción de la política económica desde el Ministerio de Economía y desde el Banco Central.
Los dos escenarios para el 2016. El segundo supone un mayor impacto de la devaluación y un círculo virtuoso más consolidado con reducción de tasa de interés. Enero es fundamental para ver cómo se concreta la concertación y cómo evoluciona la liberación del cepo.
Contexto internacional
El contexto internacional sigue exigente para Argentina, en especial por la recesión de Brasil y la importante devaluación del real.
En EE.UU., la suba de la tasa de interés por parte de la FED anuncia una nueva tendencia en la política monetaria del país.
La convalidación del nivel de desempleo e inflación en torno de los objetivos del gobierno fue la causa del fin de la política de reducción de tasas.
No obstante, la recuperación económica es aún incipiente y se espera que el próximo ajuste alcista de tasa de interés esté condicionado tanto por la confirmación de crecimiento de la economía norteamericana como así también por la recuperación de la economía mundial, en especial, la recuperación del comercio exterior de China y la resolución de la crisis europea.
A pesar de que la tasa de interés de la FED pueda volver a subir en marzo, todavía se trata de valores bajos.
En Europa, se espera que el BCE mantenga la política monetaria expansiva durante el 2016.
El alto nivel de desempleo, las presiones a la baja en los precios como resultado de un superávit en la producción del sector manufacturero y la desaceleración económica en los países emergentes son los principales riesgos que acechan a estas economías.
Los países de América Latina enfrentan los efectos del fin del viento de cola. La caída en el precios de los commodities, la desaceleración de la economía China, la persistente crisis en las economías europeas, y el reciente endurecimiento de las condiciones financieras internacionales -producto de la suba de la tasa de interés por parte de la FED- afectan a estas economías, fundamentalmente por medio del canal del comercio exterior y los flujos de capitales.
Desde 2012 se observa una fuerte desaceleración de estos países.
La evolución de los factores externos durante el próximo año será clave para determinar si la desaceleración se transforma en una crisis más severa o se inicia un proceso de recuperación.