El presidente Fernando de la Rúa advirtió ayer en tono desafiante que “si es necesario” convocará a un plebiscito sobre la reforma laboral, a la que tenazmente se opone el sindicalismo. Tras haber captado la firme postura del Poder Ejecutivo y luego de advertir fisuras entre los legisladores del Partido Justicialista (PJ), la Confederación General del Trabajo (CGT) aceptaría discutir con el oficialismo los alcances del período de prueba y de la reinstalación de los convenios colectivos de trabajo. Estos dos puntos están contemplados en la iniciativa del Ejecutivo y son los que más preocupan a la central obrera. La CGT estaría dispuesta a aceptar que el período de prueba fuese elevado a tres meses, aunque la Alianza pretende extenderlo a seis meses. Con respecto al otro punto, la central sindical aceptaría reinstalar las negociaciones colectivas por empresa, rama de actividad o región, como prevé la propuesta oficial. Sólo que se inclinaría por hacer valer la instancia superior, es decir, los acuerdos sellados por los gremios nacionales. Por otro lado, ayer aparecieron en varios puntos de la Capital una serie de afiches con la leyenda “Maldita reforma laboral”, de La Fraternidad, el sindicato de los conductores de trenes.
(La Nación, Página/12)
El presidente Fernando de la Rúa advirtió ayer en tono desafiante que “si es necesario” convocará a un plebiscito sobre la reforma laboral, a la que tenazmente se opone el sindicalismo. Tras haber captado la firme postura del Poder Ejecutivo y luego de advertir fisuras entre los legisladores del Partido Justicialista (PJ), la Confederación General del Trabajo (CGT) aceptaría discutir con el oficialismo los alcances del período de prueba y de la reinstalación de los convenios colectivos de trabajo. Estos dos puntos están contemplados en la iniciativa del Ejecutivo y son los que más preocupan a la central obrera. La CGT estaría dispuesta a aceptar que el período de prueba fuese elevado a tres meses, aunque la Alianza pretende extenderlo a seis meses. Con respecto al otro punto, la central sindical aceptaría reinstalar las negociaciones colectivas por empresa, rama de actividad o región, como prevé la propuesta oficial. Sólo que se inclinaría por hacer valer la instancia superior, es decir, los acuerdos sellados por los gremios nacionales. Por otro lado, ayer aparecieron en varios puntos de la Capital una serie de afiches con la leyenda “Maldita reforma laboral”, de La Fraternidad, el sindicato de los conductores de trenes.
(La Nación, Página/12)