Krueger aprieta y el gobierno pide comprensión

La directora del FMI aseguró que aún no están aprobadas las metas y que exigirá al país una porción mayor del superávit para el pago de la deuda. Aníbal Fernández le contestó que debe comprender la "posición racional" de la propuesta argentina.

16 marzo, 2004

El ministro del Interior aseguró que “haber definido el 3% del PBI no fue caprichoso” y agregó que “se aspira a que ese nivel se mantenga en 2005”. Las metas para 2005 y 2006 se discutirán en septiembre y, por los dichos de Krueger, se prevé un nuevo frente de conflicto con el organismo, que reclamará un aumento del monto destinado al pago de los compromisos externos.

Fernández agregó que, entre las exigencias del Fondo Monetario también figura bajar impuestos distorsivos, como el impuesto al cheque. Y dijo que estas peticiones no pueden ser cumplidas a la vez si además “se quiere revertir el nivel de pobreza e indigencia que tenemos en nuestro país”.

El razonamiento de Krueger es diferente. Para la funcionaria del organismo Argentina experimenta “un rebote desde el punto más
bajo de la crisis”. Pero no se sabe cuánto tiempo puede extenderse esta situación “sin encarar reformas estructurales”. “Yo no lo sé y el gobierno argenitno tampoco lo sabe”, dijo con dureza. Para ser realizadas las reformas (tarifas, sistema bancario y relación entre Nación y provincias) se necesitará financiamineto externo, al que se arribará una vez que se arregle la situación de los acreedores. Finalmente, para acordar con los tenedores se requiere aumentar el monto destinado al pago de la deuda. En definitiva, incrementar el pago a los acreedores “ayudará al crecimiento” del país.

Además del particular encadenamiento lógico, Krueger señaló que la pauta de superávit fiscal para este año “figura como un piso en la carta de intención que firmamos con el gobierno argentino”. E inmediatamente agregó que el presidente Néstor Kirchner “es un hombre de palabra” y “hará lo que dice que va a hacer”.

Finalmente, la titular del FMI se hizo un lugar para reprender el tono de los funcionarios argentinos: “Dicen qué es lo que van a hacer y es muy difícil moverlos, por lo tanto, supongo que eso significa ser buenos negociadores”. Pero “sería bueno que enfríen la
retórica” en contra del organismo, lo que “mejoraría mucho la
relación de ambos lados”.

Este será un año duro para la relación entre Argentina y el Fondo Monetario. Las divergencias continuarán haciendo ruido en los mercados y el financiamiento externo, al que hace referencia Krueger, tardará mucho tiempo en regresar, más allá del aumento de la pauta destinada al pago de la deuda.

El ministro del Interior aseguró que “haber definido el 3% del PBI no fue caprichoso” y agregó que “se aspira a que ese nivel se mantenga en 2005”. Las metas para 2005 y 2006 se discutirán en septiembre y, por los dichos de Krueger, se prevé un nuevo frente de conflicto con el organismo, que reclamará un aumento del monto destinado al pago de los compromisos externos.

Fernández agregó que, entre las exigencias del Fondo Monetario también figura bajar impuestos distorsivos, como el impuesto al cheque. Y dijo que estas peticiones no pueden ser cumplidas a la vez si además “se quiere revertir el nivel de pobreza e indigencia que tenemos en nuestro país”.

El razonamiento de Krueger es diferente. Para la funcionaria del organismo Argentina experimenta “un rebote desde el punto más
bajo de la crisis”. Pero no se sabe cuánto tiempo puede extenderse esta situación “sin encarar reformas estructurales”. “Yo no lo sé y el gobierno argenitno tampoco lo sabe”, dijo con dureza. Para ser realizadas las reformas (tarifas, sistema bancario y relación entre Nación y provincias) se necesitará financiamineto externo, al que se arribará una vez que se arregle la situación de los acreedores. Finalmente, para acordar con los tenedores se requiere aumentar el monto destinado al pago de la deuda. En definitiva, incrementar el pago a los acreedores “ayudará al crecimiento” del país.

Además del particular encadenamiento lógico, Krueger señaló que la pauta de superávit fiscal para este año “figura como un piso en la carta de intención que firmamos con el gobierno argentino”. E inmediatamente agregó que el presidente Néstor Kirchner “es un hombre de palabra” y “hará lo que dice que va a hacer”.

Finalmente, la titular del FMI se hizo un lugar para reprender el tono de los funcionarios argentinos: “Dicen qué es lo que van a hacer y es muy difícil moverlos, por lo tanto, supongo que eso significa ser buenos negociadores”. Pero “sería bueno que enfríen la
retórica” en contra del organismo, lo que “mejoraría mucho la
relación de ambos lados”.

Este será un año duro para la relación entre Argentina y el Fondo Monetario. Las divergencias continuarán haciendo ruido en los mercados y el financiamiento externo, al que hace referencia Krueger, tardará mucho tiempo en regresar, más allá del aumento de la pauta destinada al pago de la deuda.

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