<p>El miércoles, unos doscientos serbios –radicados en Brnjak y Jarinje, el mayor enclave no albanés-, vestidos de negro y con pasamontañas, atacaron a guardias kosovares desarmados. Muchos de esos activistas provenían de Mitrovitsa, ciudad a veinte kilómetros del área eslava.<br />
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No se registraban movimientos al otro lado de la frontera, o sea en Serbia. Salvo una oportuna topadora que borró del mapa a los puestos asaltados. Naturalmente, el jueves Pristina (capital kosovar) y Belgrado (ídem de Serbia-Yugoslavia) declararon el estado de alerta y veedores de la ONU corrían a separar ambas etnias.<br />
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¿Volvía el clima de 1998? Ese año, Serbia –que todavía controlaba Kosovo y Montenegro- lanzó una sangrienta represión contra la guerrilla kosovar (UGK). Al año siguiente, intervino la Organización del Tratado Nortlántico (OTAN) con bombardeos sobre Serbia. Noventa días de lucha llevan a que Belgrado se rinda y surja una administración de la ONU en Kosovo.<br />
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Un error inicial, (no unir la república a la vecina Albania), permite que, en 2008, aquélla se declare independiente. Con increíble apoyo de Naciones Unidas, 77 gobiernos la reconocen, contra la opinión de Italia. En 2010 la asamblea anual da luz verde a la separación de Serbia. Entretanto, ésta pierde Montenegro, país étnicamente serbio.<br />
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Pero los hechos de esta semana señalan que los problemas no han terminado y la Unión Europea, cogarante de Kosovo, no está en condiciones de actuar. Como sucede desde el siglo XVIII, la loca marquetería balcánica no cede. En este episodio, una ex provincia de la vieja Yugoslavia, de lengua albanesa y religión musulmana (como su hermana mayor) es atacada por serbios cristianos. Dato adicional: en otra vecina, Bosnia-Herzegovina, conviven esos mismos serbios –de rito bizantino- y croatas de rito romano. Irónicamente, todos esos pueblos (salvo los kosovares) tiene una sola cosa en común: el idioma serbocroata.</p>
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Kosovo: ¿una vuelta a la violencia étnica?
De pronto, irregulares serbios asaltaron puestos sobre la frontera kosovar en los valles de Brnjak y Jarinje. La zona está inserta en el extremo norte del pequeño país inventado en 2008 por Naciones Unidas, cuyo 90% es étnicamente albanés.