Se plantean dos posibles escenarios para la trayectoria de los haberes y el gasto previsional, de aquí en adelante: en el primero, se supone una inflación de 40% hacia fin de año (diciembre versus diciembre), con 40% de recomposición salarial, 49% de aumento en la recaudación tributaria y una variación de 7% del PIB.
En el segundo, -sigue el análisis del IERAL de la Fundación Mediterránea- la inflación sería de 50%, la variación de los salarios de 45%, la de la recaudación tributaria un 55% y del 5 % para el PIB.
En el escenario 1, los haberes jubilatorios podrían tener una suba interanual del 44,1% en diciembre, con lo que mejoraría en 4 puntos porcentuales el poder adquisitivo de las jubilaciones. En cambio, en el escenario 2, en que la inflación resulta mayor y los salarios reales pierden nuevamente, los haberes jubilatorios subirían tres puntos porcentuales por debajo de la inflación.
Hay que tener en cuenta que el gobierno nacional ha anunciado la entrega de dos bonos de suma fija en abril y mayo del corriente año, por $1.500 cada uno, a jubilados que reciban haberes inferiores a los $30.856. De esta manera, junto a otro posible bono que pudiera concederse hacia fin de año, los beneficiarios de bajos haberes no perderían poder adquisitivo contra la inflación en 2021.
En cambio, para el caso de los jubilados de mayores ingresos, en el primer escenario, estos perderían alrededor de $8.730 en diciembre 2021, mientras en el segundo escenario la pérdida sería de $6.955, con relación a la movilidad anterior.
El gasto previsional pasaría de 8,3 % del PIB en 2020 a una cifra entre 7,1 % y 7,4 % del PIB en 2021, dependiendo de la marcha de la inflación y otras variables macroeconómicas.