Jordania puso las barbas en remojo
El Rey Abdullah II se anticipó y en un movimiento veloz e inesperado cambió a todo su gabinete y lo reemplazó por otro al parece más dialoguista. Rápido de reflejos, el monarca se puso a la cabeza del cambio que reclaman algunos sectores de su país. El objetivo es la reforma política.
<p>Las instrucciones del nuevo primer ministro son iniciar un proceso de modernización y desarrollo, que fortalezca la democracia. Es probable que al tomar la iniciativa tan temprano, el rey jordano logre conjurar el riesgo que enfrentan hoy varios países árabes. Por su parte, Egipto seguía produciendo noticias alarmantes para los gobiernos de la región.<br />
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Tal vez no se haya llegado al millón de manifestantes. Pero los que se lanzaron este martes a las calles de El Cairo y de todas las grandes ciudades de Egipto, fueron centenares de miles de personas. La multitud eufórica, reclamaba la renuncia (y posterior juicio) del presidente Hosni Mubarak.<br />
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En un día realmente crítico, con enorme despliegue militar, quedó al desnudo la orfandad del régimen que desde hace 30 años ostenta el poder. Esta vez no eran solamente los jóvenes ni los marginales. Todos los segmentos de la sociedad del país árabe más poblado estaban representados entre los alegres manifestantes.<br />
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La diplomacia estadounidense parecía haberle soltado la mano al mandatario egipcio. Su colega, el primer ministro turco Tayp Erdogan fue más rotundo: le pidió que abandonara el poder inmediatamente.<br />
El líder opositor Mohamed El Baradei insistió en que la renuncia del mandatario salvaría vidas y ahorraría pérdidas a la nación.<br />
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Las tímidas medidas oficiales, nuevo gabinete y oferta de negociación con los opositores, pasaron totalmente desapercibidas. Los opositores insisten en que solamente reconocen a los militares como interlocutores válidos.<br />
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A pesar de que los servicios de trenes y de ómnibus de larga distancia fueron cancelados, la gente seguía arribando a pie.<br />
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Entre tanto en los mercados I nternacionales se seguía con preocupación la situación en el Canal de Suez, ante el riesgo de que cesaran los suministros petroleros que utilizan esa vía diariamente.</p>
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