<p> “Alemania no entiende que las fuertes acciones fiscales son claves para la recuperación”. Aparte de poner en evidencia el clima enrarecido que signará este jueves la apertura de la cumbre convocada por el Grupo de los 20, Aso se vuelve contra la Eurozona, se aleja de China y, de paso, olvida años de políticas opuestas en su país, donde la recesión de 1991 no termina de aventarse.</p>
<p>La irrupción nipona, inesperada en cuanto al tono, subraya las crecientes divergencias en Londres. A horas de la tenida, el único bloque más o menos en orden los encabezan China, India, Rusia y Brasil. En tanto, los otros dos sólo tiene una cosa en común: salvarles el pellejo al Fondo Monetario Internacional y otras entidades multilaterales del “viejo orden”.</p>
<p>Desde hace varios días, Merkel sostiene que “gastar más en estímulos carece de sentido si, antes, no se procede a reformas financieras en varios niveles”. De hecho, es lo que hizo Estados Unidos al proponerle al Congreso un drástico plan en esa materia. Pero la Eurozona tiene que apelar a una instancia externa, el comité de Basilea (Banco de Ajustes Internacionales), para que se reforme a sí mismo.</p>
<p>Sin reparar en contradicciones, Aso se respalda “en nuestra experiencia de dieciocho años. Nosotros hemos vivido lo que los europeos empiezan a vivir hoy”. Entretanto, Sarkozy hacía causa común con Merkel e insistía en retirarse de las sesiones antes de ser abiertas. En efecto, Japón no es buen ejemplo: su deuda pública a fin de diciembre equivalía a 170% del PBI, problema que –con menos intensidad-padecen Alemania y China.</p>
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Japón y Alemania, otro conflicto en el G-20
Taro Aso, primer ministro japonés, rechazó advertencias de la alemana Angela Merkel sobre riesgos de excesivo gasto público en los programas de estímulo. Alineado con Estados Unidos y Gran Bretaña, profundiza roces denunciados por Nicolas Sarkozy.