Japón: una restructuración que da buenos resultados

Las utilidades operativas del sector privado en Japón subieron casi 14% durante el ejercicio 2003. Esto es el resultado de combinar el ritmo de repunte en la economía real y una serie de restructuraciones eficaces.

26 abril, 2004

Esta semana empieza la difusión de balances correspondientes al ejercicio 2003 que, en el Sol Naciente, va de abril de 2003 y marzo último. Más de mil empresas registradas en la bolsa de Tokio han dado ganancias y, en general, vuelven a los niveles previos al bajón de 2002. Es más: al casi 14% proyectado para los estados actuales, se añade el 13% estimado para el ejercicio 2004 (abrió este mes y cierra en marzo próximo).

Las ventas del año fiscal 2003 probablemente hayan aumentado 0,7% y, en el actual, suban 2%, según cálculos de la oficina imperial de estadísticas. El contraste entre ingresos y utilidades sugiere que buena parte del aumento entre las segundas se debe a reducción de costos y mejor aprovechamiento de capital u otros recursos.

Los números, pues, subrayan avances importantes en la revitalización de esfuerzos empresarios. También indican que la restructuración ha desbordado los sectores exportadores, pues las compañías –hoy más ágiles y mejor gerenciadas- sacan partido del nuevo clima de negocios.

“Los ingresos vienen elevándose más de lo esperado y nos preparamos para un ejercicio cuyo crecimiento puede rendir ganancias por acción próximas a 10%. Esto sería un récord local”. Así sostiene Jeremy Hall, del fondo Henderson Tokyo. Parte de la reactivación se debe, irónicamente, a la “década perdida” –en verdad, “dodécada”, pues fue de 1991 a 2002- vía presiones de accionistas e inversores, ventas estancadas, deflación y endeudamiento “han obligado a enfocarse en los negocios fundamentales y la rentabilidad”.

Eso señalaba Richard Jerram (ING Securities). En materia laboral, las compañías mejoraron eficiencia apelando a mano de obra temporaria. Aplicando la receta norteamericana, fueron desprendiéndose de planteles estables y abandonando líneas cuya escala no fuera óptima.

Hace cinco años a la sazón, las restructuraciones se restringían a manufacturas expuestas a competencia exterior. Ahora, los analistas ortodoxos hablan de una “sorpresa positiva: el esfuerzo llega a los servicios”. No obstante, el efecto social y la lentitud de ciertas restructuraciones determinaron que, en 2003, hayan cedido las ganancias en prestadores chicos –en ese mismo sector-, construcción, ventas mayoristas y bienes raíces.

El miércoles 28 se cumple el primer aniversario del mínimo registrado en la bolsa tokiota: 7.609,9 puntos. Desde entonces, el Nikkei (225 acciones en yenes) ha recobrado casi 60% y –días atrás- alcanzaba el máximo en más de veinte años.

Esta semana empieza la difusión de balances correspondientes al ejercicio 2003 que, en el Sol Naciente, va de abril de 2003 y marzo último. Más de mil empresas registradas en la bolsa de Tokio han dado ganancias y, en general, vuelven a los niveles previos al bajón de 2002. Es más: al casi 14% proyectado para los estados actuales, se añade el 13% estimado para el ejercicio 2004 (abrió este mes y cierra en marzo próximo).

Las ventas del año fiscal 2003 probablemente hayan aumentado 0,7% y, en el actual, suban 2%, según cálculos de la oficina imperial de estadísticas. El contraste entre ingresos y utilidades sugiere que buena parte del aumento entre las segundas se debe a reducción de costos y mejor aprovechamiento de capital u otros recursos.

Los números, pues, subrayan avances importantes en la revitalización de esfuerzos empresarios. También indican que la restructuración ha desbordado los sectores exportadores, pues las compañías –hoy más ágiles y mejor gerenciadas- sacan partido del nuevo clima de negocios.

“Los ingresos vienen elevándose más de lo esperado y nos preparamos para un ejercicio cuyo crecimiento puede rendir ganancias por acción próximas a 10%. Esto sería un récord local”. Así sostiene Jeremy Hall, del fondo Henderson Tokyo. Parte de la reactivación se debe, irónicamente, a la “década perdida” –en verdad, “dodécada”, pues fue de 1991 a 2002- vía presiones de accionistas e inversores, ventas estancadas, deflación y endeudamiento “han obligado a enfocarse en los negocios fundamentales y la rentabilidad”.

Eso señalaba Richard Jerram (ING Securities). En materia laboral, las compañías mejoraron eficiencia apelando a mano de obra temporaria. Aplicando la receta norteamericana, fueron desprendiéndose de planteles estables y abandonando líneas cuya escala no fuera óptima.

Hace cinco años a la sazón, las restructuraciones se restringían a manufacturas expuestas a competencia exterior. Ahora, los analistas ortodoxos hablan de una “sorpresa positiva: el esfuerzo llega a los servicios”. No obstante, el efecto social y la lentitud de ciertas restructuraciones determinaron que, en 2003, hayan cedido las ganancias en prestadores chicos –en ese mismo sector-, construcción, ventas mayoristas y bienes raíces.

El miércoles 28 se cumple el primer aniversario del mínimo registrado en la bolsa tokiota: 7.609,9 puntos. Desde entonces, el Nikkei (225 acciones en yenes) ha recobrado casi 60% y –días atrás- alcanzaba el máximo en más de veinte años.

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