<p>Con un producto bruto interno de US$ 5,3 billones, un ingreso por habitante de US$ 42.500 en 2010 y el desempleo en sólo 4,9% de la población activa, a primera vista la economía del Sol Naciente vivía una coyuntura envidiable. No obstante, desde hace casi veinte años la deflación –cuyo piso acaeció en 1996/7- cuestiona la sostenibilidad del modelo hacia delante.<br />
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Un capital humano que envejece y es adicto al ahorro excesivo plantea dilemas casi terminales. Por ejemplo, el gobierno debe recurrir al creciente gasto público para compensar el déficit en materia de consumo privado. Por ende, Japón sufre también el peor balance fiscal –en términos de PBI- de las economías líderes (9,3%) y una deuda pública que casi dobla el volumen de la economía.<br />
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Surge aquí la cadena de sismos y maremotos. Mejor dicho, la urgente necesidad de estímulos sistémicos a la reconstrucción. Naturalmente, esto postergará el compromiso de domeñar el rojo presupuestario, como lo reclama la receta ortodoxa del Fondo Monetario Internacional. Entre otros defectos, soslaya precisamente la deflación, un problema más peligroso que su contraparte, la inflación.<br />
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Cabe señalar que el Banco del Japón (central) mantiene las tasas referenciales en cero. Eso implica que dispone de escasísimo margen para estimular la actividad, por lo que existen incógnitas sobre qué hará el emisor este lunes en la reunión del comité de política monetaria. Dadas las experiencias pretéritas –una es el terremoto de 1995, donde perecieron seis mil personas-, Lawrence Summers (consejo económico asesor de Barack Obama) cree que, a la larga, la reconstrucción podría beneficiarse del impulso consiguiente. Pero, advierte, subsisten notables vulnerabilidades económicas. Sin ir más lejos, el ritmo de recuperación en el PBI, que fue +3,9% en octubre-diciembre, cedió 1,3% en el primer cuarto de este año.<br />
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Sin duda, el imperio está habituado a estos reveses. Con escasos recursos naturales, el archipiélago importa combustibles y otros insumos primarios. Contra las cartillas del FMI y la Organización Mundial de Comercio, es fuertemente proteccionista en el plano agrícola (el arroz en un caso típico, con 40% de aranceles ad valorem). Pese a ello, compra 60% de sus alimentos en el exterior. Eso no obsta para que las exportaciones (US$ 735.000 millones en el ejercicio 2010) superen a las importaciones (636.800 millones).</p>
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Japón afronta nuevo riesgo deflacionario
La tercera economía mundial tuvo un mal cuarto trimestre (por vez primera en 42 años, quedó tercera) y recién mostraba tibios signos de recuperación en el primer bimestre de 2011. Hoy encara el mayor desastre sísmico en casi siglo y medio.