<p>El jueves, Mohámmed al-Radyalí –vocero disidente-sostuvo que Jamís Ghadafi (28 años) había perecido “junto con treinta milicianos no libios el martes 2 durante un ataque de los aliados”. El objetivo era “un centro de comando ubicado en Zlitan”.<br />
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Pero, en lo que ya parece una guerra psicológica, Trípoli replicó que el jefe de los irregulares gubernamentales “goza de excelente salud”. A su vez, Esam Gherianí (vicecanciller del este), reiteró que “Jamís quizás esté muerto y eso podría ser un éxito para nosotros. Se trata del hijo más cruel y peligroso del coronel. Pero aún no se confirma su deceso”.<br />
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Sin duda, el vástago más joven del caudillo es clave para la defensa del régimen, limitado el rincón noroeste de Libia. Jamís es muy temido por propios y ajenos. Si su padre lo perdiera, quedarían acéfalos los milicianos extranjeros que apuntalan a Trípoli con sus blindados.<br />
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Dejando de lado a Aisha (34 años), distanciada del raís por su activismo feminista, restan Mohámmed (41) años, en el comité olímpico local, Sa’if al-Islam (39), arquitecto, Sa’adí (38), futbolista en Italia, Mutasim (35), coronel, y Hanniba’al (35), un playboy. Sa’if al-‘Arab sucumbió a los 27 años durante otro bombardeo. Al fin de cuentas, apenas tres hijos –contando a Jamís- pelean por en esta guerra civil.</p>
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Jamís no ha muerto le dice Trípoli a Bengasi
El hijo más belicoso de Muammar Ghadafi protagoniza una nueva guerra, pero verbal. El gobierno disidente de Cirenaica lo da por caído durante un bombardeo de la OTAN, hace algunos días. Trípoli desmiente categóricamente un rumor ya viejo.