“La Administración eligió difamarme a mí y, de manera mucho más grave al FBI, al decir que la organización estaba sumida en el caos (…), que su personal había perdido la confianza en su líder. Esas fueron simple y llanamente mentiras”.
Comey no quiso calificar las órdenes que recibió del presidente Trump, como “obstrucción a la Justicia”, pero sí las consideró muy “perturbadoras y preocupantes”.
Comey dijo que redactó memo sobre la reunión que mantuvo con Trump en el mes de enero porque “temí que pudiera mentir”. “Sabía que podría llegar un día en que pudiera necesitar un registro de lo que pasó no sólo para defenderme, sino para defender al FBI”.
Comey cree que Trump buscaba obtener algo a cambio de conceder su pedido de continuar en el puesto.
Comey dice que interpretó como “una orden” la observación del presidente Trump de que esperaba que abandonara la investigación sobre el ex asesor de seguridad nacional Michael Flynn. Agregó que fue durante una reunión a solas con el presidente.
Comey expresó el deseo que “haya cintas” que documenten sus encuentros con el presidente Trump, quien insinuó hace semanas en Twitter que esas conversaciones se podían haber grabado.
Comey dijo que entiende que fue despedido por la manera en que estaba manejando la investigación sobre la supuesta injerencia electoral rusa y por la “presión” de la misma sobre el mandatario.
Comey afirmó que filtró a través de un amigo el contenido de sus anotaciones sobre las conversaciones que mantuvo con Trump, después de que éste le amenazara en Twitter con la publicación de “cintas”.