<p>En realidad, Moody’s fue la primera, meses atrás. Por ende, las investigaciones de Trani, las del fiscal milanés Michele Ruggiero y las de la policía financiera involucran las tres agencias estadounidenses. Al martes, ya eran 10 los procesados por abuso de posición dominantes y de datos reservados (insider’s trading).<br />
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Entre los imputados figuran David Riley, analista jefe de Fitch, y Alessandro Settepani, director ejecutivo de la filial italiana. En último término, otro golpe: la policía financiera de Bari, secundada por el propio Ruggiero,volvió a S&P, “visitada” hace unos días.<br />
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Acto seguido, el grupo regresó a Fitch. Mientras tanto, los fiscales pidieron audiencia con Giuseppe Vegas. Al mismo tiempo, citaban para otro interrogatorio a Maria Pierdicchi, directora principal de Standard & Poor’s. El detonante de todas investigaciones fue un programa televisivo (17 de este mes), donde Giovanni Floris, responsable de evaluar riesgos soberanos en esa calificadora, se pasó de la raya y adelantó la degradación de bonos italianos a 10 años.<br />
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Aun excluyendo una situación de insolvencia, S&P ya había descalificado a Italia dos veces. Por ende, el grado bajó a A+ a BBB+. Al momento de la intervención judicial, Fitch iba en vías de hacer casi lo mismo. <br />
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Italia la emprende ahora contra Fitch Ratings
Otra vez, la fiscalía de Trani apunta a una calificadora. Tras accionar contra las oficinas locales de Standard & Poors, la mayor, enfila los cañones hacia la menor, Fitch Ratings. Moodys Investors Service, la segunda, ya estaba en problemas.