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<p>Primero, S&P degradó este martes la deuda pública italiana. Ahora, toca a la misma calificadora golpear siete bancos privados y a su rival tomárselas con Fiat. En primer término, como efecto de la baja de nota inmediatamente anterior (de A+ a A), Standard & Poor’s hace lo mismo con siete entidades y pone otras ocho en observación.<br />
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Los bancos castigados incluyen Intesa-Sanpaolo, Mediobanca, Findomestic, IMI, Cassa di Risparmio (Bolonia), BIIS y BNL. Con perspectivas negativas figuran Fideuram, Agos-Ducato, Credito Sportivo, Cassa di Rispamio (Parma, Placensia), Unicredito, Bank Austria y Unicredit Leasing.<br />
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Entretanto, Moody’s Investors Service le baja el pulgar a Fiat (en realidad, Fiat-Chrysler). ¿Por qué? Porque, precisamente, “rechaza el estrecho vínculo entre Turín y Detroit”. Subrayado por un director ejecutivo (Sergio Marchionne) y uno financiero en común. <br />
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En otros términos, el lanzamiento internacional del flamante grupo, controlado desde Italia, puede trabarse por razones especulativas, no por su plan industrial. Como se sabe, ambas calificadoras y Fitch Ratings vienen moviéndose en un contexto más político que financiero. Por supuesto, Moody’s tiene un as de bastos: la unión con Fiat nace de la quiebra y el consiguiente rescate de Chrysler.<br />
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Pero la primera es consecuencia de otros dos fracasos: el esquema Daimler-Chrysler y el del fondo extrabursátil Cerberus Capital Management. Por entonces (1998), ninguna de las tres calificadoras abría la boca. El motivo era simple: estas agencias tienen vínculos no explícitos con grandes bancas de inversión (Nueva York, Londres, Amsterdam) y fondos tipo CCM. <br />
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Así lo han denunciado legisladores alemanes y franceses en el Europarlamento, como también miembros de la Comisión Europea. Pero el Banco Central Europeo no ha dicho palabra al respecto.<br />
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Italia atacada por las calificadoras
Parecía algo concertado. En un frente, Standard & Poors bochó siete bancos peninsulares. En el otro, Moodys Investors Service se lanzaba sobre nada menos que Fiat, todo un ícono nacional, por un matrimonio con Chrysler que la agencia objeta.