Italia: ahora, acusan a Giovanni Consorte de asociación ilícita

Arrecia la ofensiva judicial sobre el todavía CEO de Unipol. Mientras se investiga a Giampier Fiorani (ex BPI) por una “alcancía” de € 300 millones en su poder, se acusa al jefe de la aseguradora por asociación ilícita.

5 enero, 2006

Entretanto, Mario Draghi –ex Goldman Sachs- es el primer presidente de Banca d’Italia (central) que asume con un mandato fijo de seis años, renovables por igual lapso, como prescriben las reformas al estatuto, promulgadas el jueves. Al margen de objeciones políticas dentro de la coalición de derechas en el poder, la designación fue saludada por el Banco Central Europeo (BCE), los mercados, Unità –la alianza opositora- y la gran banca privada de la Unión Europea.

Por su parte, las entidades italianas han optado por desensillar hasta que aclare. Sucede que van profundizándose investigaciones y procesos por escándalos como Banca Popolare Italiana (ex Lodi, es decir Fiorani) y Unipol (Consorte). En la primera causa, se descubrieron fondos negros por € 300 millones, que podrían llegar a 400 millones. Ya la primera cifra deja muy atrás al operativo “mani pulite” (la Tangentopoli original).

La lista de implicados en acciones judiciales va aumentando. Amén de Antonio Fazio (ex Banca d’Italia), Fiorani y Consorte, están en el banquillo Ivano Sacchetti (vice de Unipol), Francesco Frasca (veedor del banco central, culpable por abuso de funciones), Ignazio Caltagirone, Steffano Ricucci, Emilio Gnutti (los tres por agiotaje en el caso AntonVeneta), Gianfranco Boni (vice de BPI), Danilo Coppola y Luigi Zunino (especuladores inmobiliarios).

Mario Monti, candidato de mejor imagen en Italia y el parlamento europeo, declinó la oferta días atrás (“mientras Berlusconi siga forzando leyes para salvarse él y sus amigos, es mejor no aceptar cargos”). Junto con el nombramiento, se modificó la conducción del comité supervisor financiero. El flamante jefe de Banca d’Italia proviene de un semillero “globófilo” (Banco Mundial) y pasó por el comité financiero de la UE, otro reducto monetarista. En cuanto a toma de activos locales por parte de bancos extranjeros, el nuevo funcionario probablemente descarte la política de “italianidad” enarbolada por Fazio, hoy involucrado en causas judiciales.

La situación de Giampiero Fiorani, mientras tanto, empeora con el hallazgo de una “alcancía” para solventar la toma hostil de Banca Antoniana Popolare Veneta. Entretanto, el consejo ejecutivo de Holmo (“caja fuerte” de las cooperativas asociadas a Unipol) resolverá esta semana acciones contra el ex presidente de la aseguradora, Giovanni Consorte, y su ex vice, Ivano Sacchetti. Por cuerda separada, el holding pedirá a Banca d’Italia, “una decisión rápida y tajante sobre la toma hostil de Banca Nazionale del Lavoro”. Holmo controla 80% del paquete Unipol y, según allegados, 75% de su consejo no quiere la fusión.

Entretanto, Mario Draghi –ex Goldman Sachs- es el primer presidente de Banca d’Italia (central) que asume con un mandato fijo de seis años, renovables por igual lapso, como prescriben las reformas al estatuto, promulgadas el jueves. Al margen de objeciones políticas dentro de la coalición de derechas en el poder, la designación fue saludada por el Banco Central Europeo (BCE), los mercados, Unità –la alianza opositora- y la gran banca privada de la Unión Europea.

Por su parte, las entidades italianas han optado por desensillar hasta que aclare. Sucede que van profundizándose investigaciones y procesos por escándalos como Banca Popolare Italiana (ex Lodi, es decir Fiorani) y Unipol (Consorte). En la primera causa, se descubrieron fondos negros por € 300 millones, que podrían llegar a 400 millones. Ya la primera cifra deja muy atrás al operativo “mani pulite” (la Tangentopoli original).

La lista de implicados en acciones judiciales va aumentando. Amén de Antonio Fazio (ex Banca d’Italia), Fiorani y Consorte, están en el banquillo Ivano Sacchetti (vice de Unipol), Francesco Frasca (veedor del banco central, culpable por abuso de funciones), Ignazio Caltagirone, Steffano Ricucci, Emilio Gnutti (los tres por agiotaje en el caso AntonVeneta), Gianfranco Boni (vice de BPI), Danilo Coppola y Luigi Zunino (especuladores inmobiliarios).

Mario Monti, candidato de mejor imagen en Italia y el parlamento europeo, declinó la oferta días atrás (“mientras Berlusconi siga forzando leyes para salvarse él y sus amigos, es mejor no aceptar cargos”). Junto con el nombramiento, se modificó la conducción del comité supervisor financiero. El flamante jefe de Banca d’Italia proviene de un semillero “globófilo” (Banco Mundial) y pasó por el comité financiero de la UE, otro reducto monetarista. En cuanto a toma de activos locales por parte de bancos extranjeros, el nuevo funcionario probablemente descarte la política de “italianidad” enarbolada por Fazio, hoy involucrado en causas judiciales.

La situación de Giampiero Fiorani, mientras tanto, empeora con el hallazgo de una “alcancía” para solventar la toma hostil de Banca Antoniana Popolare Veneta. Entretanto, el consejo ejecutivo de Holmo (“caja fuerte” de las cooperativas asociadas a Unipol) resolverá esta semana acciones contra el ex presidente de la aseguradora, Giovanni Consorte, y su ex vice, Ivano Sacchetti. Por cuerda separada, el holding pedirá a Banca d’Italia, “una decisión rápida y tajante sobre la toma hostil de Banca Nazionale del Lavoro”. Holmo controla 80% del paquete Unipol y, según allegados, 75% de su consejo no quiere la fusión.

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