Antonio Fazio –titular de una entidad que los medios llaman, irónicamente, “Bankitalia”- sugiere ahora un “pacto social” para recobrar la confidza pública. En cuanto al sector privado, sostiene que las empresas son demasiado chicas y poco innovadoras. Esto no le gusta nada a Luca Montezemolo, presidente del grupo Fiat y de Confindustria, la poderosa UIA italiana.
El polémico funcionario subraya, como contrate, que “desde mediados de los 90, el sistema financiero ha encarado un proceso de fusiones y adquisiciones. Esta consolidación ha mejorado productividad, ingresos y utilidades”. Al respecto, pone de ejemplo las actuales negociaciones de Unicredito Italiano para comprar la segunda entidad alemana, HypoVereinsBank.
Resulta llamativo que el jefe del emisor tenga expectivas sobre el PBI inferiores a las del propio gobierno (1,2% en 2005) y aun a las de la Comisión Europea (0,5%). En realidad, sólo esta proyección se toma en cuanta, pues aquel 1,2% parece más bien una expresión de deseos por parte de Domenico Siniscalco, ministro de Economía e incondicional de Silvio Berlusconi.
Antonio Fazio –titular de una entidad que los medios llaman, irónicamente, “Bankitalia”- sugiere ahora un “pacto social” para recobrar la confidza pública. En cuanto al sector privado, sostiene que las empresas son demasiado chicas y poco innovadoras. Esto no le gusta nada a Luca Montezemolo, presidente del grupo Fiat y de Confindustria, la poderosa UIA italiana.
El polémico funcionario subraya, como contrate, que “desde mediados de los 90, el sistema financiero ha encarado un proceso de fusiones y adquisiciones. Esta consolidación ha mejorado productividad, ingresos y utilidades”. Al respecto, pone de ejemplo las actuales negociaciones de Unicredito Italiano para comprar la segunda entidad alemana, HypoVereinsBank.
Resulta llamativo que el jefe del emisor tenga expectivas sobre el PBI inferiores a las del propio gobierno (1,2% en 2005) y aun a las de la Comisión Europea (0,5%). En realidad, sólo esta proyección se toma en cuanta, pues aquel 1,2% parece más bien una expresión de deseos por parte de Domenico Siniscalco, ministro de Economía e incondicional de Silvio Berlusconi.