<p>Todo empezó con la quiebra de Icesave, una caja de ahorros que había tomado fondos en Gran Bretaña y los Países Bajos. Sigurdardóttir no participó en el referendo. Un día antes, lo declaraba obsoleto, pues Londres y Amsterdam habían mejorado los términos del pacto en la última rueda de negociaciones. <br />
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El plebiscito se convocó, en febrero, cuando Olafur Ragnar Grimsson (presidente de la isla ártica) bloqueó el plan de repago convenido meses antes con Holanda y el Reino Unido. El mandatario se puso al frente del clamor popular contra el acuerdo. <br />
Los críticos de la negociación sostienen que el gobierno no puede echar sobre las espaldas del contribuyente los errores de banqueros y autoridades reguladoras. Las conversaciones se suspendieron el viernes, pero la “première” quiere reanudarlas ya mismo.<br />
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Resolver el caso Icesave “es clave para la recuperación económica de Islandia”, afirmaba Sigurdardóttir. En realidad, este problema ha congelado préstamos del Fondo Monetario Internacional y algunos países escandinavos. Pero Grimsson les resta relevancia a esos créditos. Por otra parte, hasta hace poco la primera ministra sostenía que los acreedores tenían el pequeño país de rehén.</p>
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Islandia intenta resolver el inmenso default de Icesave
Johanna Sigurdardóttir, la primera ministro, insiste en llevar a cabo un plan para repagar a bonistas británicos y holandeses 3.900 millones. Pero en el plebiscito, los islandeses votaron contra un acuerdo que todavía no ha cristalizado.