Irán: “Trump les hace un regalo a los extremistas”

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El domingo Donald Trump defendió su orden de impedir la entrada a Estados Unidos de personas provenientes de siete países predominantemente musulmanes frente a desafíos legales, protestas locales, oposición empresaria y creciente hostilidad en todo el mundo. 

Sin embargo, hacia el final del día y luego de tanta ola en contra decidió dar un pequeñito paso atrás: decidió permitir el ingreso a los musulmanes que ya tienen tarjeta verde (o sea, permiso para trabajar). 
La orden del presidente
La orden del ejecutivo sobre inmigración prohíbe indefinitivamente la entrada a Estados Unidos a refugiados sirios, suspendió por 120 días todas las admisiones que ya estaban otorgadas y bloque poro 90 días la entrada al país a personas, refugiadas o no, provenientes de siete países predominantemente musulmanas: Irán, Irak, Libia, Somalía, Sudán, Siria y Yemen.

Esa orden, firmada el viernes, desató un caos en el sistema inmigratorio y en los aeropuertos , generó protestas y acciones legales.

Una vez firmada la orden, estudiantes, visitantes y residentes naturalizados y con tarjeta verde y de los siete países — más refugiados de todo el mundo — fueron retenidos en aeropuertos de Estados Unidos, El Cairo, Dubai y Estambul.

El sábado por la noche un juez federal de Brooklyn bloqueó parcialmente la orden de Trump diciendo que los refugiados y otras personas detenidas en aeropuertos no pueden ser repatriados a sus respectivos países. Pero no autorizó la entrada.

El domingo el Departamento de Seguridad Interior dijo que complicará con la orden del ejecutivo.

Miles de personas protestaron en ciudades de todo el país y en los aeropuertos

Iran dijo que la orden es un “regalo a los extremistas”, Theresa May dijo que no está de acuerdo con la prohibición, François Hollande de Francia pidió que europa se plante frente a Trump y los líderes cristianos denunciaron sus planes, que darían prioridad a lois refugiados cristianos. El asesor y ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani dijo sin ambages que esta política viola la Primera Enmienda a la Constitución .” En cuanto un gobierno instala un sistema de inmigración no puede usar la religión como argumento, o la raza, o el género como la base para decidir si alguien entra o no.

 

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