Irak: la guerra le cuesta a Estados Unidos US$ $3.850 por segundo

Al jueves 20 de septiembre, las operaciones en la Mesotamia le salían ya a Washington unos US$ 550.000 millones en cuatro años y medio. Cada jornada laboral norteamericana (ocho horas) le insume al contribuyente unos 112 millones.

22 septiembre, 2007

Estos cálculos se basan en estadísticas recién difundidas por el servicio de invesgaciones parlamentarias (CSR en la sigla inglesa). Se trata de una entidad bipartidaria que monitorea los gastos bélicos en Irak, Afganistán, etc.

Su último informe público estima que, durante 2007, el conflicto mesopotámico cuesta alrededor de US$ 10.000 millones mensuales. Ello significa US$ 333 millones diarios, 14 millones por hora, 231.000 por minuto y aquellos 3.850 por segundo. Es un montón de plata, aun para el segundo producto bruto del mundo (el primero le cabe a la Unión Europea).

Esa cifras ponen en ridículo lo que Waghington asigna a esfuerzos para aliviar la fenomenal crisis humanitaria generada tras la invasión de 2003. La doble guerra –civil y contra los ocupantes extranjeros) ha desplazado de sus hogares unos cuatro millones de personas. Eso no sucedía desde la larga pugna entre los imperios otomano y safawí, pero –por entonces- fueron dos siglos de lucha, no apenas 54 meses.

Por supuesto, estas consecuencias nunca fueron previstas por los alegres promotores de la invasión en EE.UU., Gran Bretaña e Israel. Sus costos desbordan varias veces las estimaciones de quienes rodeaban en 2002/3 a George W.Bush. Paul Wolfowitz, un judío ortodoxo entonces subsecretario de defensa, llegó a pronosticar que “la fase posterior a la ocupación se autofinanciará”.

No paró ahí. “Una alta proporción de gastos no será pagada por los contribuyentes norteamericanos. Tratamos con un país que realmente podrá solventar su propia reconstrucción”, sostuvo el 27 de marzo de 2003. Esta clase de dislates quizás explique por qué Bush lo puso al frente del Banco Mundial, donde duró poco. Hoy, la auditoría fiscal federal calcula que “seràn precisos varios años para que Irak recobre plena capacidad petrolera”.

Con una cantidad récord de tropas estadounidenses en ese país (168.000), los costos bélicos no disminuirán rápidamente, pese a los nuevos planes de evacuación paulatina. La imposibilidad política y fáctica de una retirada veloz no se reduce al número de efectivos involucrados. También abarca helicópteros, tanques, otros vehículos y armamentos pesados. El enorme papelón de las fuerzas privadas de seguridad simplemente empeora esos problemas.

Estos cálculos se basan en estadísticas recién difundidas por el servicio de invesgaciones parlamentarias (CSR en la sigla inglesa). Se trata de una entidad bipartidaria que monitorea los gastos bélicos en Irak, Afganistán, etc.

Su último informe público estima que, durante 2007, el conflicto mesopotámico cuesta alrededor de US$ 10.000 millones mensuales. Ello significa US$ 333 millones diarios, 14 millones por hora, 231.000 por minuto y aquellos 3.850 por segundo. Es un montón de plata, aun para el segundo producto bruto del mundo (el primero le cabe a la Unión Europea).

Esa cifras ponen en ridículo lo que Waghington asigna a esfuerzos para aliviar la fenomenal crisis humanitaria generada tras la invasión de 2003. La doble guerra –civil y contra los ocupantes extranjeros) ha desplazado de sus hogares unos cuatro millones de personas. Eso no sucedía desde la larga pugna entre los imperios otomano y safawí, pero –por entonces- fueron dos siglos de lucha, no apenas 54 meses.

Por supuesto, estas consecuencias nunca fueron previstas por los alegres promotores de la invasión en EE.UU., Gran Bretaña e Israel. Sus costos desbordan varias veces las estimaciones de quienes rodeaban en 2002/3 a George W.Bush. Paul Wolfowitz, un judío ortodoxo entonces subsecretario de defensa, llegó a pronosticar que “la fase posterior a la ocupación se autofinanciará”.

No paró ahí. “Una alta proporción de gastos no será pagada por los contribuyentes norteamericanos. Tratamos con un país que realmente podrá solventar su propia reconstrucción”, sostuvo el 27 de marzo de 2003. Esta clase de dislates quizás explique por qué Bush lo puso al frente del Banco Mundial, donde duró poco. Hoy, la auditoría fiscal federal calcula que “seràn precisos varios años para que Irak recobre plena capacidad petrolera”.

Con una cantidad récord de tropas estadounidenses en ese país (168.000), los costos bélicos no disminuirán rápidamente, pese a los nuevos planes de evacuación paulatina. La imposibilidad política y fáctica de una retirada veloz no se reduce al número de efectivos involucrados. También abarca helicópteros, tanques, otros vehículos y armamentos pesados. El enorme papelón de las fuerzas privadas de seguridad simplemente empeora esos problemas.

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