Irak: en realidad, son más de 3.000 los norteamericanos muertos
La cota de tres mil se alcanzó el 25, pero las autoridades la podaron a 2.960. El 1º, se admitió que habían perecido 3.001 soldados, pero probablemente la cantidad sea algo mayor. La maniobra sólo prolongó el efecto psicológico.
En la versión oficial, pues, 2006 termina con 3.001 bajas estadounidenses desde la invasión, marzo de 2003. Se trata entonces de 46 meses a un ritmo de muertes casi siempre en aumento, desde 2005, tomando mes por mes. En algunas oportunidades, formas directas o indirectas de censura –por ejemplo, no mostrar la llegada de cadáveres al país disimulaban tendencia de fondo.
Haber demorado la noticia, empero, puede ser contraproducente. La fecha elegida coincide con un mal momento político para George W.Bush, cuyo poder real va en deterioro. Días atrás, en efecto, la Casa Blanca debió abandonar su objetivo clave, seguir el rumbo en la guerra. Esto era inevitable, dados el propio sesgo de la situación, la derrota electoral de noviembre y el creciente rechazo de la opinión pública a continuar en Bagdad.
Este clima hostil toma cuerpo también entre tropas y mandos, más allá del patrioterismo evangélico de algunos entorchados. El último dpia de 2006, un sondeo entre soldados, hecho por el grupo de medios “Military times” reveló que –por vez primera- hay más tropas contrarias que favorables a seguir peleando una guerra que el propio Pentágono da por perdida. No de por sí, sino porque ha sido absorbida en la guerra civil entre shiitas y sunníes.
Un grave error político lo subraya: permitir que Saddam Huséin fuese ahorcado el día cuando los musulmanes recuerdan a Ibrahim (Abraham) y el chivo emisario. Tan luego. Por supuesto, ahora una gran masa islámica, shi’í y sunní, detesta aún más a los norteamericanos en todo el mundo. Resulta curioso que el Vaticano no haya subrayado la cuestión, aunque sì lo lo hiciera Italia.
Mientras tanto, diciembre fue el peor mes del conflicto, con 111 solados muertos. Esta cifra incluye veinte con apenas 18 años de edad y 62 mujeres. Pero, como Irak vive una guerra civil cada día más cruenta, Bush estudia la posibilidad de añadir 30.000 efectivos, en el corto plazo, para permitirle al torpe gobierno local estabilizarse, mientras EE.UU, organiza una retirada en orden (dos metas casi imposibles). Ahora, sólo resta saber si el presidente anunciará su nuevo plan antes o durante el mensaje sobre el estado de la Unión, al inaugurar el nuevo congreso, el día 20.
En la versión oficial, pues, 2006 termina con 3.001 bajas estadounidenses desde la invasión, marzo de 2003. Se trata entonces de 46 meses a un ritmo de muertes casi siempre en aumento, desde 2005, tomando mes por mes. En algunas oportunidades, formas directas o indirectas de censura –por ejemplo, no mostrar la llegada de cadáveres al país disimulaban tendencia de fondo.
Haber demorado la noticia, empero, puede ser contraproducente. La fecha elegida coincide con un mal momento político para George W.Bush, cuyo poder real va en deterioro. Días atrás, en efecto, la Casa Blanca debió abandonar su objetivo clave, seguir el rumbo en la guerra. Esto era inevitable, dados el propio sesgo de la situación, la derrota electoral de noviembre y el creciente rechazo de la opinión pública a continuar en Bagdad.
Este clima hostil toma cuerpo también entre tropas y mandos, más allá del patrioterismo evangélico de algunos entorchados. El último dpia de 2006, un sondeo entre soldados, hecho por el grupo de medios “Military times” reveló que –por vez primera- hay más tropas contrarias que favorables a seguir peleando una guerra que el propio Pentágono da por perdida. No de por sí, sino porque ha sido absorbida en la guerra civil entre shiitas y sunníes.
Un grave error político lo subraya: permitir que Saddam Huséin fuese ahorcado el día cuando los musulmanes recuerdan a Ibrahim (Abraham) y el chivo emisario. Tan luego. Por supuesto, ahora una gran masa islámica, shi’í y sunní, detesta aún más a los norteamericanos en todo el mundo. Resulta curioso que el Vaticano no haya subrayado la cuestión, aunque sì lo lo hiciera Italia.
Mientras tanto, diciembre fue el peor mes del conflicto, con 111 solados muertos. Esta cifra incluye veinte con apenas 18 años de edad y 62 mujeres. Pero, como Irak vive una guerra civil cada día más cruenta, Bush estudia la posibilidad de añadir 30.000 efectivos, en el corto plazo, para permitirle al torpe gobierno local estabilizarse, mientras EE.UU, organiza una retirada en orden (dos metas casi imposibles). Ahora, sólo resta saber si el presidente anunciará su nuevo plan antes o durante el mensaje sobre el estado de la Unión, al inaugurar el nuevo congreso, el día 20.
