Inversores dudan de números de 2001

Quieren saber cómo afrontará el país los vencimientos de la deuda;piden más ajuste fiscal a las provincias. Hubo preguntas sobre el nivel de aceptación que tendrá el recorte de gastos en la clase política.

31 octubre, 2000

La exposición que realizó el secretario de Finanzas, Daniel Marx, (ver “Marx trató de tranquilizar a inversores”), tuvo buena acogida en varios de los participantes.

“Estuvo muy bien. Vino a apagar el fuego cuando la gente está muy nerviosa: repitió que si uno mira los números fríamente, la cosa no está tan complicada como parece”, opinó Fernando Losada, de ABN Amro.

La mayoría de los inversores y analistas consultados por La Nación coincidió en que la presentación de Marx había sido positiva y, ante todo, oportuna, pero el consenso en Wall Street parece ser que la Argentina enfrentará su prueba más difícil el año próximo.

“Nosotros los apoyamos, pero me gustaría saber los detalles del plan que tienen para enfrentar la cuestión de la deuda el año próximo. La Argentina debería tener la habilidad para recolectar los $ 20.000 millones que necesita en el sector privado, pero debe seguir haciendo un esfuerzo por ganarse la credibilidad de los inversores”, coincidió Robert Smalley, de HSBC Securities.

Carlos Janada, vicepresidente de Morgan Stanley, integró un pequeño grupo que al terminar la conferencia mantuvo una reunión privada con el secretario de Finanzas en el despacho de William Rhodes, vicepresidente del Citibank, en la Sociedad de las Américas.

El ejecutivo dijo que la mejor señal que pueden recibir en el corto plazo los mercados es la aprobación en las próximas semanas de la ley de presupuesto en el Congreso.

Janada opinó que “falta ajustar por el lado fiscal a las provincias”, y sostuvo que el ministro de Economía, José Luis Machinea, “es el hombre del momento”, porque es el único que tiene consenso en las dos fuerzas que integran la Alianza.

Eva Sánchez, del Chase, también dijo que la atención ahora está concentrada en el tratamiento de la ley de presupuesto. Para su análisis es importante determinar “qué nivel de aceptación hay en la clase política” de los recortes que, desde su punto de vista, faltan realizar. Las dos señales serán importantes para cuando el equipo económico “tenga que salir otra vez al mercado para emitir US$ 20.000 millones en deuda”, agregó Sánchez.

David Tillotson adoptó una visión más optimista porque considera que “la deuda argentina tiene la mejor estructura, y eso debe asegurar el acceso al mercado de capitales”.

El vicepresidente primero de Prudential, cree que Machinea tampoco tendría inconvenientes, llegado el caso, para conseguir un apoyo extraordinario del FMI.

Héctor Araseno, del Banco Galicia, dijo que los mercados están “sobreactuando” y no tienen en cuenta indicadores que son positivos sobre la situación económica de la Argentina, como el incremento en los depósitos del sistema financiero en lo que va de 2000 y la recuperación del sector exportador.

Para Javier Murcio, director para América latina del First Boston, el problema es que si los mercados externos se cierran y el equipo económico debe buscar financiamiento en el mercado local, “eso puede drenar los recursos que se podrían usar para el crecimiento”; Murcio sostuvo que la situación argentina genera inquietud porque “será en 2001 de los países que necesitan más financiamiento, en un contexto en el cual el apetito por los mercados emergentes ha disminuido”.

La exposición que realizó el secretario de Finanzas, Daniel Marx, (ver “Marx trató de tranquilizar a inversores”), tuvo buena acogida en varios de los participantes.

“Estuvo muy bien. Vino a apagar el fuego cuando la gente está muy nerviosa: repitió que si uno mira los números fríamente, la cosa no está tan complicada como parece”, opinó Fernando Losada, de ABN Amro.

La mayoría de los inversores y analistas consultados por La Nación coincidió en que la presentación de Marx había sido positiva y, ante todo, oportuna, pero el consenso en Wall Street parece ser que la Argentina enfrentará su prueba más difícil el año próximo.

“Nosotros los apoyamos, pero me gustaría saber los detalles del plan que tienen para enfrentar la cuestión de la deuda el año próximo. La Argentina debería tener la habilidad para recolectar los $ 20.000 millones que necesita en el sector privado, pero debe seguir haciendo un esfuerzo por ganarse la credibilidad de los inversores”, coincidió Robert Smalley, de HSBC Securities.

Carlos Janada, vicepresidente de Morgan Stanley, integró un pequeño grupo que al terminar la conferencia mantuvo una reunión privada con el secretario de Finanzas en el despacho de William Rhodes, vicepresidente del Citibank, en la Sociedad de las Américas.

El ejecutivo dijo que la mejor señal que pueden recibir en el corto plazo los mercados es la aprobación en las próximas semanas de la ley de presupuesto en el Congreso.

Janada opinó que “falta ajustar por el lado fiscal a las provincias”, y sostuvo que el ministro de Economía, José Luis Machinea, “es el hombre del momento”, porque es el único que tiene consenso en las dos fuerzas que integran la Alianza.

Eva Sánchez, del Chase, también dijo que la atención ahora está concentrada en el tratamiento de la ley de presupuesto. Para su análisis es importante determinar “qué nivel de aceptación hay en la clase política” de los recortes que, desde su punto de vista, faltan realizar. Las dos señales serán importantes para cuando el equipo económico “tenga que salir otra vez al mercado para emitir US$ 20.000 millones en deuda”, agregó Sánchez.

David Tillotson adoptó una visión más optimista porque considera que “la deuda argentina tiene la mejor estructura, y eso debe asegurar el acceso al mercado de capitales”.

El vicepresidente primero de Prudential, cree que Machinea tampoco tendría inconvenientes, llegado el caso, para conseguir un apoyo extraordinario del FMI.

Héctor Araseno, del Banco Galicia, dijo que los mercados están “sobreactuando” y no tienen en cuenta indicadores que son positivos sobre la situación económica de la Argentina, como el incremento en los depósitos del sistema financiero en lo que va de 2000 y la recuperación del sector exportador.

Para Javier Murcio, director para América latina del First Boston, el problema es que si los mercados externos se cierran y el equipo económico debe buscar financiamiento en el mercado local, “eso puede drenar los recursos que se podrían usar para el crecimiento”; Murcio sostuvo que la situación argentina genera inquietud porque “será en 2001 de los países que necesitan más financiamiento, en un contexto en el cual el apetito por los mercados emergentes ha disminuido”.

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