Interrumpidos los esfuerzos para lograr eficiencia energética

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Nada más que usando la tecnología actual, el consumo energético podría reducirse 20%.

Una de las principales víctimas de la pandemia Covid -19 ha sido el intento de aumentar la eficiencia energética global. En todo el mundo cayó la demanda de energía, al menor temporalmente, pero en cuanto se reanude el consumo y el crecimiento económico se habrán perdido los avances en eficiencia.

Los precios de la energía cayeron y así desapareció el gran incentivo para ahorrar energía. Más importante es la reducción de inversión forzada, producto de la reducción de los ingresos de las personas y de la reducción de ganancias de las empresas.

Según el análisis más reciente de la International Energy Agency, la inversión en el sector energético va a caer 18% este año. Por el momento, el único factor que impulsa hacia la eficiencia energética es la regulación, una herramienta que depende exclusivamente de la atención y las prioridades de los gobiernos.

Hasta que llegó la pandemia había un progreso sostenido hacia la eficiencia energética. Pero la pandemia acabó con ese impulso, y eso importa porque la posibilidad de ahorros sigue siendo enorme. Usar menos energía sería la forma más simple y eficaz de reducir las emisiones. Según un estudio realizado por Laurence Livermore National laboratory más de 65% de la energía producida en Estados Unidos se desperdicia.

En algunos sectores el porcentaje de pérdida es mayor. Menos de 30% de la energía que usa un auto naftero normal sirve para mover el vehículo por las calles. Las pérdidas de transmisión, los equipos ineficientes y la tentación de mantener las computadoras en reposo , todo eso contribuye a agravar el problema.

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