En el actual contexto internacional de alta incertidumbre –explica el informe del IERAL de la Fundación Mediterránea-, la variable clave para que los movimientos de capitales resulten expansivos para la economía local pasa por el grado de confianza que pueda generar el acuerdo entre nuestro país y el FMI.
Sin embargo, aun cuando el memorandum de Entendimiento sea aprobado por el Congreso y por el directorio del FMI, subsisten interrogantes, ya que no están previstas reformas estructurales que encaren los problemas de mediano plazo de la economía (reforma impositiva, previsional, laboral, apertura de la economía).
Además, el problema inflacionario sigue siendo dominante, pese a que se prevé reducir el financiamiento monetario del déficit fiscal. Esto porque habría emisión de pesos para comprar los US$ 5,000 millones de la meta de Reservas del BCRA y por los mayores intereses de las Leliq.
La tasa de inflación, además, habrá de reflejar las actualizaciones del tipo de cambio y de las tarifas, en un contexto en el que la crisis bélica internacional encarece la energía y los alimentos.
Los motores externos tradicionales no tendrían demasiado peso para movilizar la economía durante 2022. Si bien han mejorado precios muy relevantes para las exportaciones de nuestro país (trigo, soja), ha subido aún más fuertemente el precio de la energía deteriorando la balanza comercial de Argentina. Por otro lado, la guerra en Europa probablemente estimule una mayor inflación a nivel internacional y genere una mayor desaceleración en el crecimiento económico previsto para este año.