¿Cuáles son las debilidades de las infraestructuras en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México y Perú?
Hay que señalar que es débil el desarrollo de la infraestructura en la región; que hay una evolución deficiente de las tasas de inversión; que la calidad inadecuada del transporte y otras infraestructuras está obstaculizando la competitividad, que las fuentes de energía limpia podrían abrir el camino para el desarrollo de la infraestructura; que las alianzas público-privadas son una solución para los presupuestos estatales restringidos, y por último, que los gobiernos deben reforzar las medidas anticorrupción y mejorar la transparencia para atraer inversión privada.
El crecimiento de las economías latinoamericanas tuvo lugar durante el próspero ciclo de las materias primas que duró más de una década, hasta alrededor de 2014. Sin embargo, esta era de fuerte desempeño no se aprovechó en beneficio de los desarrollos en infraestructura, según lo señala un informe especial del Grupo Coface sobre esta materia.
A partir de mediados de 2014, las caídas en los precios internacionales tuvieron fuertes repercusiones en las actividades de la región y expusieron sus vulnerabilidades. Las consecuentes depreciaciones monetarias no fueron suficientes para impulsar la competitividad de los bienes manufacturados y condujeron al deterioro de las balanzas comerciales.
Los desafíos de la región se ven agravados por una combinación de factores que son desfavorables para las empresas, tales como su reglamentación laboral, impuestos elevados, nivel general de educación, burocracia compleja e infraestructuras inadecuadas. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estimó que la región debe invertir el 6,2% de su PIB anual en infraestructura para el período comprendido entre 2012 y 2020, pero actualmente ninguna de las principales economías de la región invierte más del 3% de su PIB.
Por otra parte, la infraestructura del transporte es claramente deficiente en Argentina, Brasil, Colombia y Perú; la calidad de las carreteras es el talón de Aquiles de los países de la región; y la calidad inferior de las infraestructuras portuarias es particularmente problemática en Brasil. De hecho, a veces es más barato transportar un producto al extranjero que a otro estado dentro del mismo país.