Industria: igual que en el ´94

Según un informe publicado por el diario Clarín, la actividad industrial se encuentra levemente por encima del nivel de 1994.

6 septiembre, 2000

El matutino Clarín publicó, hoy, un informe sobre el panorama actual de la industria argentina. En el mismo se señala que la actividad recorrió un camino de franco retroceso durante 1998 y 1999; desde diciembre de ese año, hasta ahora, ha experimentado un crecimiento de 2,2% –no exento de altibajos–.

La nota señala que, con la apertura comercial y las privatizaciones, la industria comenzó a especializarse en bienes vinculados a las ventajas naturales de la Argentina: alimentos, químicos, commodities –siderurgia y alumnio– y en la rama automotriz, con un régimen de inversiones asociado al Mercosur.

Esas inversiones se hicieron con importaciones de plantas “llave en mano” –que no tuvieron un efecto multiplicador importante– y se concentraron en grandes firmas, vinculadas a capitales extranjeros, limitando las posibilidades de las empresas de pequeña y mediana envergadura.

Este fenómeno habría provocado el retroceso y desaparición de numerosas plantas textiles, de electrodomésticos y bienes de capital. Muchas actividades comenzaron a limitarse a ensamblar piezas importadas. La resultante de esta metamorfosis fue la pérdida de 300 mil puestos de trabajo.

En cuanto al comercio exterior, crecieron las ventas de petróleo, siderurgia, químicos, cereales, productos de mar y automotores. En lo concerniente a la importación, la Argentina comenzó a recibir gran cantidad de productos industrializados en diversos rubros: vestimenta, artefactos para el hogar y –sobre todo–bienes de capital.

El matutino Clarín publicó, hoy, un informe sobre el panorama actual de la industria argentina. En el mismo se señala que la actividad recorrió un camino de franco retroceso durante 1998 y 1999; desde diciembre de ese año, hasta ahora, ha experimentado un crecimiento de 2,2% –no exento de altibajos–.

La nota señala que, con la apertura comercial y las privatizaciones, la industria comenzó a especializarse en bienes vinculados a las ventajas naturales de la Argentina: alimentos, químicos, commodities –siderurgia y alumnio– y en la rama automotriz, con un régimen de inversiones asociado al Mercosur.

Esas inversiones se hicieron con importaciones de plantas “llave en mano” –que no tuvieron un efecto multiplicador importante– y se concentraron en grandes firmas, vinculadas a capitales extranjeros, limitando las posibilidades de las empresas de pequeña y mediana envergadura.

Este fenómeno habría provocado el retroceso y desaparición de numerosas plantas textiles, de electrodomésticos y bienes de capital. Muchas actividades comenzaron a limitarse a ensamblar piezas importadas. La resultante de esta metamorfosis fue la pérdida de 300 mil puestos de trabajo.

En cuanto al comercio exterior, crecieron las ventas de petróleo, siderurgia, químicos, cereales, productos de mar y automotores. En lo concerniente a la importación, la Argentina comenzó a recibir gran cantidad de productos industrializados en diversos rubros: vestimenta, artefactos para el hogar y –sobre todo–bienes de capital.

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