Henry Paulson admite, pues, que ya se ha gastado la mitad, más o menos, en salvar mayormente malos banqueros. Pero apenas 5% en una industria real, la automotriz. El paquete inicial fue aprobado por el congreso el 3 de octubre y, en teoría, sólo US$ 250.000 millones quedaban sujetos al arbitrio de hacienda.
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<p>El resto debía pasar por el poder legislativo. La suma acabó siendo casi US$ 350.000 millones, incluyendo 45.000 millones sólo para Citibank, a cambio de 7,8% de acciones trasferidas al estado. Ahora, Paulson informa a los legisladores que “se precisa el resto del TARP para estabilizar los mercados financiero y bursátil” (o sea, lo que Barack Obama llama casino). </p>
<p>Pero el congreso puede votar contra las pretensiones de hacienda, pues muchos legisladores critican a Paulson –que se va el 19 de enero- por no haber usado el megarrescate para frenar embargos generados en el colapso de malas hipotecas. Inspirada en una idea del vicepresidente Richard Cheney (dejar sin caja a Obama), la solicitud del ex director de Goldman Sachs, despierta amplia resistencia legislativa. </p>
<p>En este caso, hay tanto demócratas como republicanos en contra. De todos modos, el mensaje al Capitolio no es un pedido formal de fondos adicionales, que sólo le cabe al presidente George W.Bush. La Casa Banca ha dado a entender que inclusive Paulson consultará con su sucesor, Timothy Geithner. </p>
<p>Este fin de semana, Obama mismo señaló que hacienda deberá explicar cómo piensa manejar en tan corto lapso –menos de un mes- esos fondos extras. “El gobierno saliente debe justificar claramente la necesidad y el destino de esos US$ 350.000 millones”, sostuvo desde Chicago el presidente electo. </p>
Increíble: Paulson quiere gastar ya todo el megarrescate
Esgrimiendo los US$ 17.400 millones a Detrtoit, el secretario de hacienda saliente pide liberar el segundo tramo del paquete para activos en riesgo (TARP en inglés). O sea, US$ 350.000 de los 694.000 millones asignados.