El encuentro tuvo como principales objetivos dar a conocer a empresas con alto compromiso social los derechos en materia laboral de la población solicitante de la condición de refugiado y refugiados en Argentina, y promover un espacio de trabajo común entre el Estado y el sector privado que repercuta en la generación de empleo para esa población.
“Cerca del 75% de las personas refugiadas que llegaron a nuestro país en los últimos 5 años tienen entre 18 a 59 años. Esto quiere decir que forman parte de la población económicamente activa y que se encuentran con la habilidad de trabajar”, explicitó Federico Agusti, presidente de CONARE.
“El marco legal en Argentina y en nuestra región es muy generoso, ya que tanto refugiados como solicitantes tienen derecho a trabajar. Por otro lado, las personas refugiadas tienen mucho que aportar en términos de experiencia internacional, diversidad cultural, conocimiento de idiomas y una gran motivación para reiniciar una vida normal”, explicó el representante regional de ACNUR, José Samaniego.
“Trabajar para Integrar” es una iniciativa que surge desde CONARE y ACNUR como respuesta ante la necesidad de generar estrategias que permitan, en el corto y mediano plazo, dar respuesta a las necesidades laborales de refugiados y solicitantes de asilo que garanticen ingresos económicos suficientes para el pleno desarrollo de la vida de las personas en el país, en igualdad de condiciones respecto a los nacionales.
En este marco, las empresas interesadas pueden participar ofreciendo o financiando capacitaciones para la población refugiada, contratar de forma directa y apoyar campañas de sensibilización dentro o fuera de la empresa, entre otras opciones.
Por su parte, Marcelo Baudino, CEO de Iceberg Cultural Intelligence, destacó: “Uno de los desafíos a los que nos enfrentamos hoy en día en el mundo laboral es la capacidad de adaptación. En este sentido, los refugiados tienen un beneficio muy grande que es su gran capacidad de resiliencia”.
Para concluir, Alicia Singerenko, advisor de la R.E.D. y moderadora del encuentro, puntualizó la etimología de la palabra “refugiado”.
Según Singerenko, “es altamente reveladora ya que significa huir hacia atrás y también lugar protegido al que uno se retira huyendo en retroceso”; describiendo bastante bien el alto componente emocional y la clara situación de vulnerabilidad en la que un ser humano o grupo se encuentra debido a las acciones de otro u otros seres humanos en ostentación de su poder.
Entonces, la inclusión laboral es el comienzo de una nueva vida en situación de protección y cuidado”.