Pocas tecnologías son tan importantes para el crecimiento futuro como las comunicaciones 5G, la que permitirá que las ciudades sean inteligentes y la que hará posible la Internet de las Cosas. Por eso es delicado pensar que una sola compañía, la china Huawei, siga aumentando su dominio.
La creciente influencia de Huawei es producto de la combinación de destreza tecnológica, equipamiento con la calidad necesaria y bajos precios. Pero la compañía, aunque en apariencia es privada, ha logrado escala global en parte gracias al apoyo del Estado chino.
Estados Unidos hizo suya la responsabilidad de advertir sobre el riesgo potencial para la cíber seguridad. China tiene un historial de cíber ataques y, a pesar de que Huawei insiste en que nunca permitiría que se la use de ese modo, Beijing podría imponer leyes obligando a las compañías chinas a cooperar con los servicios de seguridad para lograr acceder a información comercial, dice el Financial Times en una columna editorial.
Aunque Donald Trump intenta desde hace mucho disuadir a los gobiernos europeos de utilizar los sistemas de la empresa china, un documento de evaluación de seguridad de la Unión Europea las empresas no europeas que se presenten a licitación para instalar sistemas de comunicación de próxima generación podrían “ser objeto de interferencia” si tienen conexión con el gobierno de su país. Podría ser ese el caso de Huawei.
Estados Unidos busca todo tipo de instrumento para contrarrestar la influencia de Huawei. Uno, difícil, podría ser intentar convertir a una empresa estadounidense en campeona de 5G. Desde los 90 que el gobierno federal no interfiere en cuestiones empresariales. Cambiar esa política llevaría mucho tiempo y dinero. Mejor sería que invierta en investigación que podría resultar en innovaciones futuras.
La UE también podría crear las mejores condiciones para que surjan sus propios jugadores en 5G. Margrethe Vestager, comisionada de la UE para la competencia, vigila en forma permanente el dominio de los gigantes tecnológicos norteamericanos e impide fusiones peligrosas.
Pero el peligro que implica Huawei en 5G, dice el Financial Times, es real y es urgente. Los gobiernos occidentales deberían aspirar a tener mercados abiertos y competitivos. China, en cambio, es una superpotencia rival que no comparte esa idea. Si no se ejerce un poco de control para apoyar tecnología occidental 5G, la única opción para el futuro será Huawei.