La asediada empresa china de telecomunicaciones tomó la medida más agresiva hasta la fecha sobre la acusación que le hace Estados Unidos de ser un peligro para la seguridad de los países. Decidió demandar al gobierno norteamericano por prohibir a sus agencias gubernamentales comprar equipos Huawei.
Con la ley National Defense Authorization Act de 2019, el Congreso prohibió a los organismos del estado contratar a Huawei o a empresas que usen equipos Huawei. El gobierno justificó esa decisión alegando que la empresa es aliada del gobierno chino y que sus equipos podían ser usados para espiar a los estadounidenses. Huawei negó esto categóricamente diciendo que es una empresa privada sin ningún interés en el espionaje.
“La prohibición no solo es ilegal sino que impide que Huawei compita con con otras empresas y daña, en última instancia, a los consumidores de Estados Unidos”, dijo el vicepresidente Guo Ping.
El juicio fue radicado el miércoles en un juzgado federal de Texas. En la demanda Huawei dice que el Congreso violó la cláusula “Bill of Attainder” (cláusula de extinción de derechos civiles) de la Constitución norteamericana, que prohibe al congreso señalar a una compañía o a un individuo para castigarlos sin juicio previo.
“El Congreso de Estados Unidos no ha presentado, en ninguna de las repetidas oportunidades, prueba alguna que sostenga la restricción que hace de los productos de Huawei”, dijo Guo Ping en conferencia de prensa.