Hu Jintao se reunió con Vincent Sieu, vicepresidente de Taiwán

El presidente chino protagonizó el primer encuentro de alto nivel entre China y Formosa. La isla está separada desde 1949, tras perder Jiang Gaishek una larga guerra civil. Sólo la VII flota impidió que Mao Zedong invadiese Taiwán.

14 abril, 2008

Ambos se reunieron en el marco del foro Boao para Asia oriental y sudoriental, versión local de Davos. La delegación formoseña, dirigida por Sieu, abordó con los chinos temas económicos y comerciales. Pero la clave residía en la participación del presidente Hu Jintao.

“Me satisface haber analizado varios problemas comunes con Sieu”, declaró a la prensa local el alto funcionario de Beijing. Casi de sorpresa, el vicepresidente presentó a Hu y luego se sentaron a discutir una amplia agenda.

Pisando suelo “secesionista”, el mandatario chino reiteró la disposición a abordar un tratado de paz, si Taipei acepta que existe una sola China. Pero, esta vez, Hu tenia delante a Sieu un nuevo gobierno insular cuyo presidente, Ma Yingjeou, también sostiene que China hay una sola.

Paradójicamente, el partido que ambos representan (Kuomintang/ Guomindang) acababa de vencer a la democracia progresista –predominante durante ocho años- , que apoya la independencia lisa y llana. Hay una explicación, claro: el Guomindang y su antiguo rival en el continente siempre reivindicaron una sola nación.

El grueso del poderoso sector privado taiwanés desea al reacercamiento con Beijing, igual que la influyente comunidad financiera de Hongkong. La plataforma electoral del KMT/GMD prescribe lazo más estrechos con el continente, empezando por vuelos directos. Resulta llamativo que el grueso de la prensa occidental o latinoamericana haya minimizado este encuentro.

Máxime por la repercusión en medios japoneses y surcoreanos o la reacción de Washington. Desde allá, John Negroponte –ultraconservador subsecretario de estado- señaló que ese encuentro “es un gran paso adelante”.

Por ahora, Ma no prevé negociaciones formales directas similares a la de 1992, cuando ambos gobiernos convinieron el “un disenso formal y el principio de una China/dos regímenes”. Desde entonces, la VII flota no patrulla los estrechos de Quemoy y Matsu. En otro plano, Taipei no descarta solicitar el reingreso a Naciones Unidas con el nombre Taiwán/Formosa.

Ambos se reunieron en el marco del foro Boao para Asia oriental y sudoriental, versión local de Davos. La delegación formoseña, dirigida por Sieu, abordó con los chinos temas económicos y comerciales. Pero la clave residía en la participación del presidente Hu Jintao.

“Me satisface haber analizado varios problemas comunes con Sieu”, declaró a la prensa local el alto funcionario de Beijing. Casi de sorpresa, el vicepresidente presentó a Hu y luego se sentaron a discutir una amplia agenda.

Pisando suelo “secesionista”, el mandatario chino reiteró la disposición a abordar un tratado de paz, si Taipei acepta que existe una sola China. Pero, esta vez, Hu tenia delante a Sieu un nuevo gobierno insular cuyo presidente, Ma Yingjeou, también sostiene que China hay una sola.

Paradójicamente, el partido que ambos representan (Kuomintang/ Guomindang) acababa de vencer a la democracia progresista –predominante durante ocho años- , que apoya la independencia lisa y llana. Hay una explicación, claro: el Guomindang y su antiguo rival en el continente siempre reivindicaron una sola nación.

El grueso del poderoso sector privado taiwanés desea al reacercamiento con Beijing, igual que la influyente comunidad financiera de Hongkong. La plataforma electoral del KMT/GMD prescribe lazo más estrechos con el continente, empezando por vuelos directos. Resulta llamativo que el grueso de la prensa occidental o latinoamericana haya minimizado este encuentro.

Máxime por la repercusión en medios japoneses y surcoreanos o la reacción de Washington. Desde allá, John Negroponte –ultraconservador subsecretario de estado- señaló que ese encuentro “es un gran paso adelante”.

Por ahora, Ma no prevé negociaciones formales directas similares a la de 1992, cuando ambos gobiernos convinieron el “un disenso formal y el principio de una China/dos regímenes”. Desde entonces, la VII flota no patrulla los estrechos de Quemoy y Matsu. En otro plano, Taipei no descarta solicitar el reingreso a Naciones Unidas con el nombre Taiwán/Formosa.

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