Hillary Clinton pone proa hacia la presidencia

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Nunca antes, en su larga y frondosa vida pública, usó políticamente los temas de género. Ahora regresa para competir y convertirse en la primera mujer que llega a la Casa Blanca y no como primera dama. Por María Teresa Lavayén

El giro lo comenzó a mostrar en 2014, cuando la entonces ex secretaria de estado dijo en una entrevista con The Observer que las mujeres norteamericanas libran una dura batalla cuando buscan romper el “techo de cristal más alto y más duro de todos: llegar a la presidencia de los Estados Unidos por el persistente doble discurso que impera en la política”.

La ex secretaria de estado, senadora y primera dama, que en 2008 se convirtió en la única mujer en Estados Unidos en ganar una primaria presidencial, dice que tiene “un gran compromiso personal” con ver a una mujer en la Casa Blanca. “Espero romper ese techo, ya es hora, pero va a ser difícil”.

Los estadounidenses parecen estar más dispuestos ahora que hace cuatro años a tener una presidente mujer. Una encuesta realizada por el Huffington Post – la Huffpollster — revela que dos de cada tres norteamericanos están listos para elegir a una mujer. El cambio parece originarse en las mismas mujeres. En encuestas anteriores los hombres parecían más inclinados que las mujeres a contestar que sí cuando se les preguntaba si Estados Unidos estaba listo para tener una presidente mujer. Ahora casi no hay diferencia: 66% de los hombres y 67% de las mujeres creen que el país está listo.

Hoy Hillary cuenta con una considerable ventaja entre los votantes demócratas. En esta encuesta salió con más de 50% por delante de su rival más cercano. Pero lo notable, entre los resultados de la compulsa, es comprobar que tanto los republicanos como los demócratas como los independientes están mucho más dispuestos que hace ocho años a decir que el país está listo para elegir a una mujer.

Un mes y medio antes de este lanzamiento oficial de su campaña, Clinton habló en Santa Clara, California ante una reunión cumbre de la industria tecnológica. Allí bosquejó lo que serían los parámetros de su candidatura aclarando muy precisamente que no eludiría los temas de género.

 

“Allí donde se incluyen mujeres, hay más probabilidades de que haya democracia; más probabilidades de que haya estabilidad y prosperidad”. Luego pasó a criticar a la industria tecnológica por su brecha de género, por su escasez de mujeres y de políticas que las promuevan. “La industria tecnológica tiene duros techos de cristal contra los cuales se chocan las cabezas femeninas”.

 

 

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