Barack Obama, parece ya difícil de derrotar en primarias. En rigor, muchos dirigentes demócratas lo consideran el candidato para enfrentar al republicano John McCain, ahora apoyado por medios afines a George W.Bush. Entre ellos, el “Wall Street journal”, dirigido directamente por Rupert Murdoch, un magnate de ultraderecha.
No obstante, Obama tiene un motivo de alivio: esta interna no fue una sorpresa. Sucede que Virginia oeste es un bastión de clase obrera blanca, sector que viene votado sistemáticamente por la precandidata neoyorquina.
Por otro lado, el senador tiene ya una ventaja casi imposible de neutralizar en votos para la convención (30, 31 de agosto). La interna de este martes no mellará mucho sus posibilidades pero, eso sí, no parece sensato continuar con las primarias. Faltan sólo cinco: Kentucky (martes 20), Puerto Rico (1 de junio). Oregon, Montana y Dakota sur (3 de junio). Insistir en hacerlas juega a favor de McCain.
Aunque ganase todas –sólo dos le son favorables en las encuestas-, Hillary no descontaría mucha diferencia (acumula 1.697 delegados contra 1.871 de Obama). Así, el fiel de la balanza serán los doscientos “superdelegados” indecisos. Pero eso significaría proseguir el enfrentamiento hasta la propia convención (fin de agosto), como en 1968, y perder ante un republicano (como en 1968) quedando al borde de la escisión (suerte que sufrió el radicalismo argentino en 1957).