Donald Trump generó indignación cuando se negó a comprometerse a una eventual transferencia pacífica de poder si gana Biden la presidencia.
Interrogado sobre ese punto por la prensa contesto: “Habrá que esperar a ver lo que ocurre”. Pero al día siguiente fue retrucado por otros republicanos por negarse a comprometer una transición pacífica si pierde en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre frente a Joe Biden.
Mitch McConnell, el líder republicano en el Senado que rara vez critica a Trump tuiteó el jueves que “habría una transición ordenada como la ha habido cada cuatro años desde 1792”, refiriéndose a la reelección de George Washington.
Su comentario es uno entre los muchos que se escucharon en la tormenta que provocó Trump con su respuesta. Trump se ha negado siempre a decir que aceptaría el resultado de la elección. Hace tiempo que viene insistiendo, sin demostrarlo, que el esperado aumento de los votos postales a raíz del desastre de la pandemia descontrolada ayudará a su opositor Biden.
Pero el miércoles fue más allá cuando se negó a comprometerse a una transferencia pacífica. Ante todas las críticas que recibió se negó a retractarse y dijo a la prensa que sigue pensando que el voto postal va a manchar las elecciones. En otro comentario a la prensa dijo que él cree que el voto postal es “un gran fraude”.