Guelar: “el ALCA y el Mercosur no se oponen, se complementan”
El embajador sostuvo, además, que los países del sur deben integrarse para construir "una soberanía posible" frente al poder hegemónico de los Estados Unidos.
El embajador argentino en Estados
Unidos, Diego Guelar, afirmó que el ALCA y el Mercosur “no sólo
no se oponen, sino que se complementan y retroalimentan”, pero
sostuvo que los países del sur deben integrarse para construir
“una soberanía posible” frente al poder hegemónico de los Estados
Unidos.
Guelar indicó que “un Mercosur fortalecido podrá negociar con
el Nafta (ya consolidado) una zona de libre comercio que se
constituirá en la más importante del mundo”.
Sin embargo, advirtió que las opciones son sumar “identidad,
decisión y recursos materiales y humanos para alcanzar la
´soberanía posible´ o resignarnos a la marginalidad o la
dependencia humillante de quienes no pueden manejar su propio
destino”.
En un artículo de opinión que publica hoy un matutino porteño,
Guelar sostuvo que el presidente de Estados Unidos, George W.
Bush, “expresa un cambio radical, al tomar la conducción del país
un sector ideológicamente opuesto al liberal, tanto demócrata como
republicano, que había ocupado la Casa Blanca durante doce años.
Agregó que “el 11 de septiembre de 2001 marcó el inicio del
nuevo siglo, sirviendo de virtual declaración de la Cuarta Guerra
Mundial. Guerra confusa, sin países directamente involucrados,
pero con un Estados Unidos agredido (por primera vez en territorio
continental) que tiene un presupuesto militar diez veces superior
al de China y Rusia juntos”.
En este sentido, mencionó que “la guerra contra el terroriomo
internacional tiene dos puntos neurálgicos en América del Sur:
Colombia y la zona de la Triple Frontera. Las opciones que
enfrentamos son el incremento de la presencia extranjera o asumir
en primera persona la responsabilidad de su combate”.
“Esto no iplica interferir e intervenir en territorios de
países vecinos y amigos, sino consolidar una integración
sudamericana compleja y abarcativa no sólo del comercio sino de
aspectos políticos, incluyendo los militares, que nos permiten
ejercer un verdadero control de nuestro espacio geopolítico”,
dijo.
Aseguró que de ese modo “participaremos plenamente en el
esquema de interdependencia de las naciones y reconoceremos el
peso significativo de la superpotencia, pero tendremos la
capacidad y la responsabilidad de construir una región próspera,
estable, sin drogas ni violencia terrorista”.
Afirmó que “si en el Mercosur sólo pretendiéramos hablar de
libre comercio, estaríamos perdiendo el tiempo, porque el
coemrciar libremente ya tiene dimensión continental y nuestra
tarea es integrar nuestros países para negocir en mejores términos
nuestra participación en el Area de Libre Comercio de las
Américas”.
Además, advirtió que “si sólo pretendiéramos cooperar en la
lucha contra el narcotráfico desde la categoría de ´países de
tránsito´, estaríamos haciéndole el juego a los traficantes, que
están desarrollando en forma activa el mercado de consumo
sudamericano”.
El embajador argentino en Estados
Unidos, Diego Guelar, afirmó que el ALCA y el Mercosur “no sólo
no se oponen, sino que se complementan y retroalimentan”, pero
sostuvo que los países del sur deben integrarse para construir
“una soberanía posible” frente al poder hegemónico de los Estados
Unidos.
Guelar indicó que “un Mercosur fortalecido podrá negociar con
el Nafta (ya consolidado) una zona de libre comercio que se
constituirá en la más importante del mundo”.
Sin embargo, advirtió que las opciones son sumar “identidad,
decisión y recursos materiales y humanos para alcanzar la
´soberanía posible´ o resignarnos a la marginalidad o la
dependencia humillante de quienes no pueden manejar su propio
destino”.
En un artículo de opinión que publica hoy un matutino porteño,
Guelar sostuvo que el presidente de Estados Unidos, George W.
Bush, “expresa un cambio radical, al tomar la conducción del país
un sector ideológicamente opuesto al liberal, tanto demócrata como
republicano, que había ocupado la Casa Blanca durante doce años.
Agregó que “el 11 de septiembre de 2001 marcó el inicio del
nuevo siglo, sirviendo de virtual declaración de la Cuarta Guerra
Mundial. Guerra confusa, sin países directamente involucrados,
pero con un Estados Unidos agredido (por primera vez en territorio
continental) que tiene un presupuesto militar diez veces superior
al de China y Rusia juntos”.
En este sentido, mencionó que “la guerra contra el terroriomo
internacional tiene dos puntos neurálgicos en América del Sur:
Colombia y la zona de la Triple Frontera. Las opciones que
enfrentamos son el incremento de la presencia extranjera o asumir
en primera persona la responsabilidad de su combate”.
“Esto no iplica interferir e intervenir en territorios de
países vecinos y amigos, sino consolidar una integración
sudamericana compleja y abarcativa no sólo del comercio sino de
aspectos políticos, incluyendo los militares, que nos permiten
ejercer un verdadero control de nuestro espacio geopolítico”,
dijo.
Aseguró que de ese modo “participaremos plenamente en el
esquema de interdependencia de las naciones y reconoceremos el
peso significativo de la superpotencia, pero tendremos la
capacidad y la responsabilidad de construir una región próspera,
estable, sin drogas ni violencia terrorista”.
Afirmó que “si en el Mercosur sólo pretendiéramos hablar de
libre comercio, estaríamos perdiendo el tiempo, porque el
coemrciar libremente ya tiene dimensión continental y nuestra
tarea es integrar nuestros países para negocir en mejores términos
nuestra participación en el Area de Libre Comercio de las
Américas”.
Además, advirtió que “si sólo pretendiéramos cooperar en la
lucha contra el narcotráfico desde la categoría de ´países de
tránsito´, estaríamos haciéndole el juego a los traficantes, que
están desarrollando en forma activa el mercado de consumo
sudamericano”.
