<p>Las diatribas del ministro son de corte político: planea competir en los comicios como líder de Pasok, la alianza de centroizquierda. En tanto, el gobierno trataba de hacer frente a demandas de acreedores, tanto públicos como privados y multilaterales. Ahora, mucho depende de la enésima reunión plenaria, el lunes 20. Grecia dio un paso en dirección de cumplir esas exigencias, pero estuvo a cargo del centroderechista Antonis Samaras (partido Nueva Democracia), presumible reemplazante de Lukas Papademos luego de los comicios. <br />
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El dirigente envió a la Comisión Europea una carta comprometiéndose a instrumentar el paquete de medidas, resistido por la mayoría de los votantes. Sin duda, los conservadores creen que un “premio” de € 130.000 o 145.000 millones puede seducir electores. La misiva llegó junto con una del ex primer ministro Giorgios Papandréu, a quien Bruselas le había exigido similares condiciones. <br />
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Ninguno de ambos mensajes entusiasma a la Unión Europea. Pero Samaras, como el germano Wolfgang Schäuble, sostiene que “la propuesta podría requerir modificaciones”. <br />
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Sin duda, el bloque de economías AAA –que incluye Alemania, Finlandia, Holanda y Austria- tienden a endurecerse hacia Atenas. Berlín aparece al frente de quienes prefieren un “gobierno de tecnócratas al estilo de Mario Monti en Italia. Pero socialmente mucho menos potable para el público. Para aumentar presiones, dirigentes de la Eurozona preparan este fin de semana un proyecto pro reestructuración de deudas privadas. Su característica básica: no llega a la aprobación del paquete de rescate por € 130.000 ó 145.000 millones. Según un cronograma reservado, se les pedirá a los parlamentos aprobar una inyección de € 93.500 millones para iniciar esa reestructuración a principios de marzo.</p>
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Griegos: retórica vrs. una guerra de nervios
La batalla se intensificó durante la semana. Evangelos Venizelos (Hacienda) acusaba a Finlandia y Holanda de intentar sacar a Grecia de la Eurozona. Alemania proponía postergar las elecciones de abril e instalar un gobierno sin partidos políticos.
