Greenspan había declinado una oferta de Bush
Recién ahora, se sabe que Alan Greesnpan jefe de la Reserva Federal hasta 2006- declinó reemplazar a John Snow como secretario de Hacienda. Así lo revelan el Financial Times y el Neue Züricher Zeitung.
El presidente George W.Bush hizo que autoridades del partido Republicano (al cual adhiere Greenspan) sondeasen al poderosos banquero público. La idea era que ocuparsa el cargo que iba a dejar el pálido Snow, hombre sin iniciativa y poco respetado en Wall Street.
Como es obvio, la oferta no fue aceptada. Por cierto, Greenspan tenía algunas ventajas para ingresar el segundo gobierno Bush: comparte la despreocupación de la Casa Blanca por el doble déficit (entre el fiscal y el de pagos externos, sumarán más de US$ 1,2 billón durante el actual ejercicio, que cierra en septiembre) y la fe en que, alguna vez, el dólar se recobrará.
No obstante, según allegados al antecesor de Greenspan, Paul Volcker (demócrata, aún más respetado en los mercados que su sucesor), el actual jefe de la RF no se siente con fuerzas para el trajín cotidiano que presupone Hacienda. Por otra parte, cree que –en el segundo mandato-, a Bush le conviene un gabinete sin mucha autonomía de vuelo. Snow es un ejemplo perfecto. Algunos analistas bursátiles opinan que “para pensar, bastarán Richard Cheney y Condoleezza Rice”.
El presidente George W.Bush hizo que autoridades del partido Republicano (al cual adhiere Greenspan) sondeasen al poderosos banquero público. La idea era que ocuparsa el cargo que iba a dejar el pálido Snow, hombre sin iniciativa y poco respetado en Wall Street.
Como es obvio, la oferta no fue aceptada. Por cierto, Greenspan tenía algunas ventajas para ingresar el segundo gobierno Bush: comparte la despreocupación de la Casa Blanca por el doble déficit (entre el fiscal y el de pagos externos, sumarán más de US$ 1,2 billón durante el actual ejercicio, que cierra en septiembre) y la fe en que, alguna vez, el dólar se recobrará.
No obstante, según allegados al antecesor de Greenspan, Paul Volcker (demócrata, aún más respetado en los mercados que su sucesor), el actual jefe de la RF no se siente con fuerzas para el trajín cotidiano que presupone Hacienda. Por otra parte, cree que –en el segundo mandato-, a Bush le conviene un gabinete sin mucha autonomía de vuelo. Snow es un ejemplo perfecto. Algunos analistas bursátiles opinan que “para pensar, bastarán Richard Cheney y Condoleezza Rice”.
