“Mi objetivo en política siempre fue sacar a Bran Bretaña de Europa, eso es lo que voté y ya siento que he hecho mi parte, que no puedo lograr más. Ahora quiero recuperar mi vida”.
Farage se ha negado a nombrar sucesor pero dice que espera que su reemplazo esté en su puesto antes de la conferencia del partido a principios del otoño boreal.
El único miembro del parlamento del UKIP y acérrimo enemigo de Farage, Douglas Carswell, simplemente puso una sonrisita en Twitter.
Para el diario The Independent, Nigel Farage es la última rata en escapar el hundimiento del Brexit.
David Cameron, el Primer Ministro que no estaba a favor del Brexit pero para resolver un problema interno de su partido conservador tuvo la feliz idea de llamar a un plebiscito a nivel nacional, también renunció porque cree que los tiempos que vienen necesitan otro tipo de liderazgo. Claro, se vienen tiempos muy tormentosos. Boris Johnson, también conservador y a quien se veía como natural sucesor de Cameron, también renunció.
¿Qué les pasa? ¿Ganaron y se van? Lo que queda en claro para muchos observadores es que ninguno de ellos se había puesto a pensar seriamente en las consecuencias de lo que buscaban. Los chinos tienen un proverbio que les viene justo: “Cuidado con lo que deseas. Se te puede hacer realidad”.
Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión de la Unión Europea, acusó a Farage y Johnson de ser perdedores antipatriotas al abandonar sus cargos luego del histórico voto de Gran Bretaña por abandonar la UE: “Los héroes del Brexit de ayer son los tristes héroes de hoy”, dijo.
En el laborismo el liderazgo de Jeremy Corbyn quedó herido de muerte luego del fracaso de la campaña por Remain. El laborismo, dicen, necesita un nuevo líder. Angela Eagle parece ser la figura que los laboristas miran como la candidata de la unidad. La ex secretaria de comercio en las sombras enfrenta el desafío de Owen Smith, MP por Pontypridd, quien tiene el apoyo de muchos otros miembros del parlamento.
Mientras tanto, George Osborne, Chancellor of the Exchecker, anunció que el impuesto que impone el gobierno británico a las empresas se recortará de 20% a “menos de 15% en un desesperado intento por alentar a las empresas a invertir en la economía británica fuera de la Unión Europea.
Gran Bretaña actualmente impone un impuesto de 20% a las empresas. Estaba previsto que l tasa se reduciría a 19% en abril y a 17% en 2020. Un recorte de 5% haría más competitivo al país en la economía global.
Esta medida forma parte de un plan de cinco puntos para sostener la economía cuando Inglaterra deje la UE, lo que cual es posible que genera una recesión, según Osborne.