La decisión forma parte de un amplio paquete de iniciativas verdes. En febrero de este año el primer ministro había dicho que adelantaría esa prohibición de 2040 a 2035. Pero ahora se cree que adelantará la fecha a 2030 para acelerar la adopción del auto eléctrico en Gran Bretaña e impulsar el país hacia la meta de emisiones cero para 2050, según funcionarios del gobierno y de la industria.
No obstante se supone que se mantendrá la meta menos exigente de 2035 para ponerle fin a la venta de autos híbridos que tienen baterías eléctricas además de motores tradicionales.
Aunque las ventas de autos eléctricos crecen fuerte, todavía el mes pasado estaban a menos de 7% de todas las ventas nacionales de autos, según la Society of Motor manufacturers and Traders. Hace tiempo que la industria automotriz viene insistiendo en la importante inversión necesaria para crear una infraestructura que pueda lograr que los usuarios cambian al auto eléctrico, más caro que el naftero o gasolero.
El gobierno aportará el año próximo 500 millones de libras esterlinas para financiar infraestructura de carga en todo el país.